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Padre de Luis Colmenares tras llegada de Halloween: “Quisiera que Dios quitara a octubre del calendario”

Padre de Luis Andrés Colmenares tras llegada de Halloween: “Quisiera que Dios quitara a octubre del calendario”.

Por Redacción / EL PILÓN

Como cada 31 de octubre desde 2010, este jueves, Luis Alonso Colmenares Rodríguez, padre de Luis Andrés Colmenares, revivirá un día marcado por la tragedia que transformó su vida y la de su familia. Hace 14 años, su hijo, un estudiante de 20 años de Economía e Ingeniería Industrial de la Universidad de Los Andes, apareció muerto en el caño El Virrey después de asistir a una fiesta de Halloween en una discoteca de la Zona Rosa de Bogotá.

Aunque en principio la noticia no tuvo mayor trascendencia, Luis Andrés Colmenares Escobar, terminó convertido en protagonista de uno de los casos que ha marcado la historia judicial de Colombia.

Un año después de los hechos, la investigación de la Fiscalía resultó en una teoría de asesinato según la cual los sospechosos eran Laura Moreno, con quien Luis Andrés sostenía una relación; Jessi Quintero, una amiga de Luis Andrés, y Carlos Cárdenas, exnovio de Laura Moreno, principal sospechoso de la Fiscalía.

Cárdenas fue detenido en 2012 acusado del asesinato de Luis Colmenares, pero fue absuelto tras comprobarse que su geolocalización lo situaba en otro lugar al momento de la muerte. Moreno y Quintero también enfrentaron cargos, pero fueron absueltas en 2017 y su absolución fue confirmada en 2021, tras desvirtuar la teoría de asesinato de la Fiscalía.

Sin embargo, el caso dio un giro significativo en agosto pasado cuando la Corte Suprema de Justicia aceptó la demanda presentada por la familia Colmenares, quienes buscan que se revise la decisión que absolvió a Jessi Quintero y Laura Moreno, las excompañeras de la víctima, de los cargos relacionados con su fallecimiento.

La demanda fue interpuesta por el abogado Jaime Lombana, defensor de los intereses de la familia Colmenares. La familia solicitó a la Corte Suprema que revisara el fallo del Tribunal Superior de Bogotá emitido en febrero de 2017, en el que se absolvió a Quintero y Moreno, señaladas como las presuntas responsables de la muerte de Luis Andrés.

Hoy 31 de octubre, cuando se cumple el 14 aniversario de la muerte de su hijo, En una entrevista con EL PILÓN, su padre, Luis Alonso Colmenares, reflexiona sobre el profundo dolor de su pérdida, el impacto de este día en su familia y su incesante búsqueda de justicia.

¿Catorce años después de la muerte de Luis Andrés, cómo vive usted y la familia este hecho?

Lo que podría decir un padre que ha perdido a su hijo en unas circunstancias tan dolorosas, como ya es conocido en el país, es que en estos catorce años hemos vivido un trasegar difícil. La ausencia es insuperable, una falta que lamentamos todos los días de nuestras vidas. Nos levantamos pensando en Luis y nos acostamos pensando en él; no hemos dejado de hacerlo ni un solo día en estos catorce años. Con el tiempo, hemos ido apaciguando el dolor.

Hemos expresado también, de manera sincera y a partir de nuestra fe y convicciones, el perdón hacia las personas que causaron la muerte de Luis Andrés. A medida que las circunstancias han avanzado, hemos ido superando un poco las tristezas; debo decir que, de alguna manera, hemos ido sanando, pero la cicatriz no se borra. No podemos olvidar a Luis, y lo recordaremos hasta el fin de nuestras vidas. No tenemos forma de olvidar, ni siquiera lo intentamos. Más que olvidarlo, deseamos recordarlo cada vez más.

Debe ser difícil vivir cada 31 de octubre desde el 2010…

Creo que has leído en ocasiones planteamientos míos que comparto a través de las redes sociales, ofreciendo, por supuesto, mi perdón y solicitándole a Dios que quite octubre del calendario. En mi opinión, su omnipotencia no causaría nada en el mundo, y ojalá del 30 de septiembre pasáramos de una vez al primero de noviembre; la vida seguirá, y quizás nadie lo notará. Eso, por supuesto, lo digo metafóricamente, expresando lo que significa para nosotros en la familia.

Transitar octubre no es fácil; como también he expresado, hay que atravesar todo el mes. A menudo me pregunto por qué tuvo que ser el 31. Si así tenía que ser, ¿por qué no pudo haber sido el 2, el 5 o el 9? Tener que pasar todo este mes de angustias, nostalgias y tristezas es complicado. Sin embargo, también debo decirte que, fieles a nuestra fe católica, nos sentimos orgullosos de nuestra creencia. Somos creyentes absolutos y nos entregamos a Dios, quien nos da la fortaleza. Así seguimos, hasta que definitivamente veamos justicia en el crimen de Luis. Al principio, fue difícil, y tuvimos que recibir tratamiento médico para sobrellevar nuestras vidas; no dormíamos. Hoy, tengo que decirte que nos acostamos sin depender de ninguna droga, ya sea química o natural, desde hace varios años.

Hemos recuperado, con esfuerzo, la capacidad de conciliar el sueño. Despertamos pensando en Luis, por supuesto. Tengo la seguridad de que ninguno de los responsables, ya sea por acción u omisión, ha vuelto a dormir bien, y no lo harán hasta que digan la verdad.

¿Qué recuerda usted de ese día que desea olvidar, el 31 de octubre de 2010?

El 30 de octubre de 2010 regresé de clases, como todos los sábados, de Cali. Estaba dictando clases en la Universidad Libre. Ese fin de semana viajé el viernes y regresé corriendo el sábado, anticipando mi vuelo para salir de Cali en el vuelo de las 12, porque tenía que preparar mi maleta; ese mismo sábado en la tarde viajaba a Santiago de Chile. Como siempre, mi familia me acompañó al aeropuerto: Luis, Jorge, la mamá.

Llegamos al aeropuerto y, como era costumbre, entramos a la capilla. Nunca olvidaré que ese día Luis no estuvo con nosotros en la oración que hacíamos de manera individual; se fue hacia adelante, con una actitud de mucha concentración en su oración. Después, cuando salimos, se tomó un helado, y todos pedimos. En el momento de la despedida, cuando ya tenía que ingresar a la sala, compartí un abrazo con Luis que, después comprendí, fue distinto a todos los abrazos: fue muy fuerte, pero muy fuerte. En mi fe, creo que se estaba despidiendo de mí. Ojalá nunca se hubiera despedido de mí, y eso lo recuerdo con gran pesar.

Más tarde, cuando llegué al hotel, me comuniqué con casa. La mamá me dijo que todo había ido bien; lo único era que Luis aún no había llegado y estaban tratando de ubicarlo con sus compañeros.

Pensé que quizás se había distraído. A medida que pasaba el tiempo, incluso llegué a pensar que tal vez lo habían drogado con escopolamina. Luego, ya cuando llegó la tarde, me comunico con mi hermano para preguntar qué había pasado definitivamente con Luis y me dijo que lo habían encontrado, pero que estaba fallecido.

No quiero que ni siquiera te imagines lo que sentí, por favor; no quiero que lo pienses. Fue difícil, y luego emprendí el regreso más largo de mi vida. Era una ilusión, mi primer hijo, los proyectos, tantas cosas que teníamos por vivir. Luis era una persona exitosa que no se metía con nadie, como le enseñamos en casa, estudiando dos carreras simultáneamente en la Universidad de los Andes.

Te confieso que lo he seguido construyendo dentro de mí. Me lo imagino recorriendo el mundo, exitoso en su profesión. A veces, me lo imagino con su hogar, su mujer, sus hijos, visitándonos cada año.

¿Qué espera de la justicia?

En lo que respecta al tema judicial, como el país mismo lo ha sabido, he expresado que hemos encontrado una falta de voluntad y de aplicación de los principios de justicia. Los jueces han pasado por encima de numerosas pruebas que, en nuestra opinión, demostraban la responsabilidad. Solo el Tribunal de Bogotá, en la decisión contra Carlos Cárdenas, no lo culpó ni lo condenó por falta de pruebas, pero me parece que sin pruebas no se puede condenar.

La Fiscalía, en sus inicios, fue muy deficiente en sus investigaciones. A pesar de las pruebas que se aportaron, donde se demuestra la responsabilidad de las personas involucradas, solo encontramos deficiencias. Por ejemplo, en las intercepciones telefónicas, donde una compañera dice que ella es testigo y que no se preocupe, que vio todo. También hay otra conversación en la que Carlos Cárdenas le dice a Laura que se calme y que mejor no se acerque, porque podría hundirla más. ¿Más de qué, si hay un muerto?

Las deficiencias de la Fiscalía en la investigación son notorias. Siempre pensé que debieron llamar a todos los compañeros que estaban en la discoteca para que rindieran su versión, pero eso nunca lo atendió la Fiscalía. Tampoco investigó por qué desapareció la ropa de Luis; quién las desapareció, cuál era el interés en que desaparecieran. En las fotos del levantamiento del cadáver, Luis estaba completamente vestido. La necropsia decía que tenía cinco fracturas en el cráneo, y la exhumación reveló que tenía nueve. Muchas deficiencias que consideramos que la Fiscalía no atendió adecuadamente.

Hace aproximadamente dos meses, la Corte Suprema de Justicia admitió una demanda de casación. ¿Qué significa esto para ustedes?

La Corte Suprema admitió la casación, y eso nos llena de esperanza. La casación es un proceso extraordinario, y el hecho de que haya sido aceptado es importante. Según nos ha explicado el doctor Lombana, esto implica un análisis exhaustivo de todo lo que se aportó y del voluminoso contenido probatorio de ese proceso. Las referencias que hemos recibido sobre el magistrado que tiene a su cargo el estudio, aunque no lo conocemos, son positivas; se reconoce su seriedad y responsabilidad, lo que nos brinda cierta garantía. Esperamos que a partir de esto las cosas sean distintas.

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