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Pacto por la vida

Si bien es cierto que según nuestra Constitución Política, la mayor responsabilidad en la protección de la vida humana recae sobre las autoridades del Estado, a su ciudadanía también le compete la obligación de cuidar no solo sus vidas sino las de sus hijos menores de edad, además la de sus hijos adultos y la de sus progenitores, cuyas condiciones económicas, físicas y mentales no les permitan el autocuidado indispensable. Es decir, en nuestro país la protección de la vida de sus habitantes, es un compromiso (o pacto) compartido, entre el gobierno y las familias que son el núcleo principal de la sociedad.

En consecuencia, la ciudadanía colombiana apta para votar, el próximo domingo 11 de marzo debería elegir como miembros del Congreso a personas idóneas sin máculas, con acciones benefactoras de las colectividades. Asimismo, el próximo domingo 27 de mayo, debería elegir al Presidente de la República, por lo cual se ahorraría el dinero que se gasta en la segunda vuelta electoral que, en realidad, es una patraña politiquera endilgada a la democracia.

En vista de los altos índices de violencia en el país, el presidente JM Santos propone la campaña del ‘Pacto Nacional por la Vida’, ya que el 50 % de la las muertes violentas ocurren por acciones de sicariato, el 36 %  por riñas debidas a la intolerancia social y el 14 % por otras causas. De verdad es un panorama tétrico difícil de mejorar, si tenemos en cuenta que el acuerdo de paz pactado con las Farc ha encolerizado la polarización política. Al respecto, Alberto Herazo Palmera, en su columna de ayer hace el comentario sobre las campañas proselitistas, en las cuales “…hay proclamas pendencieras, armadas con repertorios aborrecibles, condimentadas con agravios, mentiras y llenas de miel insidiosas. Igual muchas puyas ingeniosas y venenosas”. Que según el susodicho columnista de este periódico a la gente le encanta escuchar tales insultos, lo que es cierto, ratifico yo.

La complacencia por tales proclamas compagina con el inconformismo popular, porque la gente común y corriente, ya está hastiada de vivir en mala situación y pésimas condiciones educativas, económicas, sanitarias y de toda índole, por consiguiente prefiere que al Congreso y a la Presidencia lleguen personas contrarias a las ideologías de los políticos tradicionales, para que los enfrente, como lo hace Gustavo Petro, Jorge Robledo, Claudia López y otros políticos militantes en la ideología conocida como izquierda.

En estos momentos con tan alto nivel de indignación contra los dirigentes de la política tradicional, si estos líderes de la izquierda estuvieran unidos alrededor de Gustavo Petro, fácilmente llegarían a la segunda vuelta electoral y de ahí en adelante a qué estrategia tendrían que recurrir los de la derecha. Tenemos el antecedente del presidente Alberto Lleras Restrepo, quien remplazó a Gustavo Rojas Pinilla por Misael Pastrana Borrero. Entonces surgió el M-19. En las actuales circunstancias podrían surgir peores insurgencias.

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