Por: Jorge Naím Ruíz.
En los inicios de nuestra música vallenata el protagonista principal fue aquel que llamamos músico completo; es decir el que componía, tocaba acordeón y cantaba; con el tiempo se fue escindiendo ese protagonismo y lo que se predicaba de uno, fue encarnándose en tres personas distintas: El compositor, el acordeonero y el cantante.
Sin necesidad de llegar a épocas tan remotas, de la primera etapa podemos mencionar muchísimos músicos que llenaban esas características: “Chico” Bolaños, “Pacho” Rada, “Juancho” Polo, Samuel Martínez, Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales, Vicente Munive, Luis Enrique Martínez, Alejandro Durán; de estos, el único que nos queda vivo es “Chente” Munive, luego viene otra camada como: Calixto Ochoa, Alfredo Gutiérrez, Aníbal Velásquez, Julio de la Ossa, Alberto Rada, entre otros.
Cuando el protagonismo se diluye, encabezan compositores como Tobías Enrique Pumarejo, Rafael Escalona, Leandro Díaz y hoy Fabián Corrales; acordeoneros como Miguel López, “Beto” Villa, y hoy Juan Mario de la Espriella, cantantes como Alberto Fernández, Armando Moscote, Jorge Oñate y hoy Peter Manjarrés.
Históricamente los tres han sido protagonistas de primer orden en el vallenato, pero hay otros artistas “acompañantes” que sin ser compositores, acordeoneros o cantantes se han robado el show y han llegado también a ser protagonistas de primerísimo nivel; encontramos: cajeros, guacharaqueros, bajistas, congueros y coristas, a los cuales hoy queremos hacerles un pequeño homenaje en esta columna, con la advertencia de que se nos escaparán muchos.
Nadie puede negar que Cirino Castilla será siempre un referente en la caja, además de ser el fundador de una dinastía de cajeros seguida por Rodolfo, “Tito” Dany, “El Coyote”; tampoco podemos omitir que Pablo López, conocido como el mejor cajero del mundo, es una institución valiosa para nuestra música, allí entre cajeros también podemos mencionar a Carmelo Barraza, “Guerrita”, Simón Herrera, “Memo” Granados, entre otros.
Algunos guacharaqueros también han llegado a ser protagonistas: recordemos a Virgilio Barrera, Jesualdo “El zurdo” Ustáriz, Luis “El Mañoco” Suarez, Eder Polo y José Carranza; congueros como Wilson Peña, “Tico” Rojano, Jose Luis Rodríguez, entre otros, merecen nuestro reconocimiento.
Grandes bajistas del vallenato encabezados por el Chiriguanero José Vásquez y la dinastía de los Torres: Rangel: “El Maño”, Camilo, Luis Ángel Pastor “El Papa”, “Geño” Gámez.
Los coristas vallenatos merecen una mención especial; en una época éstos fueron reconocidos como grandes protagonistas en el conjunto vallenato; ellos al lado del cantante y el acordeonero llevaban la vocería del grupo, incluso en las grabaciones podían enviar saludos y los cantantes los reconocían casi como sus pares.
Sin duda que uno de los precursores de ese protagonismo fue Ángel Fontanilla, época dorada de los Hermanos Zuleta y Gabriel Chamorro, Álvaro Chamorro, – conocido como “Chamorrito”-; luego vendría Juan Piña, Julio Morillo, Marcos Díaz y el opita de oro Jairo Serrano; casi todos ellos fueron antes o después voces líderes y solistas.
El cantante Alexander Manga se inició en la música vallenata como corista, otros han descollado de solistas y terminan haciendo coros.
Los coristas en el vallenato se han dejado opacar de tal manera que su papel hoy en el conjunto, casi que se limita a hacerle venias al cantante y, si este le permite, enviar algunos saludos en las presentaciones en vivo.
Tal vez Juan Piña y Julio Morillo son los coristas que más han intercambiado saludos con los cantantes en las grabaciones, se recuerdan muchísimos de estos entre Diomedes y Julio o entre Juan Piña y Rafael Orozco.
En la música vallenata no solo los compositores, acordeoneros y cantantes han sido protagonistas, también algunos acompañantes se han hecho notar, como ha quedado demostrado en este recuento.
COLOFÓN:
Cuando un artista tan carismático como Silvestre Dangond lanza un trabajo al mercado se escucha de todo; sus detractores dicen que no sirve y le encuentran miles de defectos; sus seguidores manifiestan que no tiene comparación y que se encuentra lejos de todos los demás o mejor dicho en otro nivel; yo cada dos días paso por una discotienda que me queda cerca y pregunto cómo van las ventas de este Cd y la señorita que me atiende siempre me responde: Se está vendiendo como pan caliente.
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