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Otros ecos del Foro 30/30

Hemos estado haciendo mención de algunas cosas que resultaron del importante foro realizado la semana pasada en Valledupar con ocasión de los 30 años de EL PILÓN, en que se abordó el pasado (cómo fue sentando las bases la ciudad para el cambio de siglo y los primeros alcaldes elegidos popularmente).

Es de anotar que se ha ido perdiendo el espíritu y conciencia de la buena planeación. Recordó la exalcaldesa María Clara Quintero que en 1983 no se pudo construir el Terminal de Transporte porque se exigía que estuviera formulado y aprobado el plan de Ordenamiento territorial, PIDUV, el plan Integral de Desarrollo Urbano, que sacó adelante con el concurso de la experta Aurora Pachón. Ya aprobado, en un siguiente mandato, el alcalde Miguel Meza pudo construirlo. Se le dio desde entonces un importante rango a la oficina de Planeación Municipal.

Se hicieron alusiones repetidas a una definición de ciudad verdaderamente verde, pero no solo por la necesidad de preservar, – mejor, restaurar- como vegetación la margen derecha del río, hoy ocupada, sino de que más espacios verdes y de parques, más espacio público se tenga disponible en la ciudad.

Se explicó que es mejor la densificación que la extensión de ciudad, pues la dispersión y horizontalización de las edificaciones conduce a un escenario de mayor costo en la provisión de todos los servicios. Que cualquier expansión urbana debía hacerse hacia el sur y occidente en función del natural desnivel de las aguas,

Se advirtió sobre decisiones de la gobernación, que conducen a inversiones, que no estarían consultando la norma urbana del municipio.

Quedó la idea de que en Valledupar se ve infraestructura y algunas cosas agradables que provoca caminar y ver pero que se cuenta con poco para comprar, dado los niveles de pobreza monetaria que tienen bastante origen en el desempleo. Este tiene rostro de mujer y de joven, y muchos están en condición de ‘ninis’, ni estudian ni trabajan.

Ante la idea de que las voces de los jóvenes, líderes gremiales y académicos no son escuchadas por las autoridades y dirigencia política se recalcó en la necesidad de organizarse, de ejercer veedurías, de poner granos de arena articulados, de buscar el concurso de los medios, de los empresarios, y hacer ver que mediante la acción colectiva sí se le puede cambiar el curso a las cosas. Esa acción es el gran antídoto a la desesperanza

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Las adiciones de las obras públicas

No desconocemos que hay situaciones en las cuales a pesar de buenos diseños y programaciones pueden resultar mayores cantidades de obra o más exactamente obras no contempladas. En algunos casos es tal que hay que variar sustancialmente el proyecto, y es lo que sucede con la construcción, actualmente suspendida, del colector del alcantarillado pluvial que se ejecuta en la zona norte de la ciudad.

La buena noticia, según se nos ha informado, es que no se afectará el valor del contrato aún con las variaciones tan grandes que habría.

Caso distinto al de nuestra investigación especial, de informe sobre un conjunto de obras contratadas por la gobernación cuyo costo supera el billón de pesos y que han sido objeto de grandes adiciones. Se manifestó que ello evidencia falta de planeación y mala programación.

Es cierto que ‘el Consejo de Estado indica que la sola variación de los diseños durante la ejecución de un contrato de obra que incluyen una fase de pre construcción a cargo del contratista, no implica una falta en la planeación y/o estructuración del proyecto o un posible incumplimiento por parte de la entidad estatal, a la que le es imposible que advierta todos los eventos que pueden sobrevenir’, pero cuando son más frecuentes, como en el Cesar, preocupan. Una amplia y oportuna socialización de los proyectos, desde los diseños mismos, evitaría sobrecostos, y generaría mayor sensación de transparencia.

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