El viernes pasado en el elegante Hotel Sonesta tuvo lugar un acto del cual nuestra prensa no participó y, por ello, pasó casi desapercibido para mucha gente. Claro, como no era un espectáculo con acordeón, caja, guacharaca y cantantes, nuestros periodistas lo ignoraron, porque aquí lo único que vale y resaltan es el vallenato y con ello el ron y la pachanga y por eso tenemos el deshonroso título como primeros consumidores de whisky en el mundo, el Old Parr, que el Buchanan lo está desplazando. Verdad que sí, nuestra música es la actividad más rentable y representativa, pero hay otras científicas y culturales que también hay que distinguir, como la llevada a cabo en el Sonesta por la Asociación Colombiana de Gastroenterología con la presencia de su presidente Diego Mauricio Aponte, a quien no conozco ni sé de dónde es, pero para mí, todos los Aponte son familia y con el concurso del ilustre gastro José Antonio Orozco como coordinador, con la ayuda de otros como José Jaime Zúñiga, mi pariente Rodrigo Taborda, los hermanos Lara Ustariz, Germán Carvajal, Armando Barros Rada y otro no menos importantes. Ahí tenían que estar haciendo presencia y dándole grandeza al acto científico los doctores Marcelo Calderón, mis parientes Guillermo Orozco Martínez y Paula Daza Martínez, Afranio Restrepo, Miguel Mora, Juan Lara Mazenet, mi colega José Manuel Romero Churio, Pedro Rodríguez y mi émulo en billar el gran anestesiólogo Jaime Barros Pimienta.
Fue un acto científico con la presencia de lumbreras de esa rama de la medicina como Fabián Juliao, William Otero y María Teresa Galeano entre otros y en donde demostramos que estamos preparados para desarrollar esos grandes eventos, con buen personal humano y excelentes escenarios que reúnen todas las condiciones para hacerlo cómodamente.
Y ahora, a lo que voy: otro aporte, de los tantos que ha hecho Luciano Aponte López, en el intermedio, el lanzamiento del libro “La Medicina en el Valle del Cesar y Ranchería”, con prólogo del doctor Jorge Padró Mercado, ilustre proctólogo, que ya hace parte de la familia Aponte, donde su autor gran médico y ahora ilustre escritor, con fluida pluma y agradable estilo, nos deleita contándonos la historia médica de esta región y citando a los galenos desde los Pavajeau y Maya, pasando por Pupo, Valle Meza en Valledupar, José Alfonso y José Alberto Martínez Quintero, Gonzalo Martínez Ariza, Juventino Martínez, Juan Carlos Orozco y Marceliano Ferreira en Villanueva, el doctor Daza, Danies y Henríquez en la provincia, hasta los de hoy con Fabián Daza en Bogotá y Gustavo Aroca Martínez en Barranquilla, José Manuel Martínez Pavajeau, Álvaro y Hernán Aponte Penso en Valledupar entre otros y en donde los doctores Leonardo Maya y Alcides Martínez Calderón mi inolvidable tío, Germán Vargas Lobo, Esteban Cuello, Hermes Pumarejo, Tico Aroca y Enrique Castro, son personajes centrales que dejaron profundas huellas en la historia médica de la región; además resalta la labor desarrollada por personas afines a la ciencia médica como los farmaceutas Joaquín Campo y El Mono Calderón con sus respectivas droguerías Sonia y Loperena.
Vale la pena comprar el libro en el Compae Chipuco por una módica suma lo consigue y así ayuda a compensar los gastos y sacrificios económicos que conllevan escribir y publicar un libro y no pedirlo regalao, pues eso cuesta tiempo y plata y todo mundo lo quiere es gratis. Ya veo a la gente diciéndole a Luciano que se lo regale y además autografiado. Tienen cáscara, lo digo por experiencia.
Gracias doctor José Luis Urón por su decidida y eficaz ayuda para la edición de este libro, nuestra familia, los Aponte con todas sus arandelas se lo agradecemos y ojalá que las otras entidades análogas a la suya, la gran Cámara de Comercio, lo imiten para que nuestra cultura y sus escritores crezcan, “como crecen las sombras cuando el sol declina”.
POR: José Manuel Aponte Martínez