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Otras reflexiones sobre el vallenato y el Festival

Con la entrega de los premios a los ganadores concluye, de hecho, la 45ª edición del Festival de la Leyenda Vallenata. La Fundación entregó más de 150 millones en premios a los ganadores en las distintas categorías, lo que habla bien de la organización y la seriedad de este Festival.

 Ese es uno de los activos importantes del Festival de la Leyenda Vallenata: la seriedad que le reconocen los compositores y músicos, en general, principalmente los acordeoneros a la metodología, a los jurados, y al proceso de selección de los ganadores. Esa transparencia y seriedad son aspectos valiosos que hay que resaltar y preservar…

 Consideramos una buena política escoger a un personaje, un juglar como el maestro Calixto Ochoa Campo, para hacerle un merecido homenaje en vida. Tanto el Foro, como el Festival, fueron una buena oportunidad para recordarle al Maestro, al ilustre “hijo de Valencia de Jesús”, el gran “Negro Cali”, lo mucho que lo queremos y admiramos por su aporte a la música y a la cultura popular del Caribe y de Colombia.

 EL PILÓN se vinculó a este homenaje con una serie de ediciones especiales donde se destacó su vida, su música y sus canciones. Además, reseñamos los valiosos e ilustrativos libros que se publicaron sobre el Maestro Calixto.

Ojalá para el próximo Festival, el de 2013, se acierte, igualmente, eligiendo a una persona de la misma talla y valía. Además de hacerle un homenaje en vida, es una buena oportunidad para que las nuevas generaciones, los niños y jóvenes, conozcan a los juglares y precursores de la música vallenata.

 A propósito de la entrega de los premios, consideramos necesario hacer otros comentarios sobre el Festival y la música vallenato. Sobre el concurso de acordeoneros profesionales queremos sugerirle a los directivos de la Fundación del Festival que se estudie la posibilidad de realizar un proceso previo de preselección, días antes del Festival, para escoger un grupo de 50 aspirantes y – a partir de allí, luego de las distintas rondas eliminatorias llegar a 15 y finalmente a los 5 finalistas, que se suben a la Tarima Nicolás “Colacho” Mendoza, en el Parque de la Leyenda, en la noche de la final.

 Compartimos algunos de los criterios expresados por varios de nuestros columnistas. Uno de ellos es estimular en los niños y jóvenes que canten, desde bien temprano, las composiciones que presentan para evitar que pululen los llamados “concursantes mudos”, que tocan bien pero cantan muy poco. El Rey debe ser integral.

 Consideramos que el concurso Rey de Reyes se debe mantener, como está, es decir cada diez años; con el fin de hacer competencias entre generaciones de acordeoneros. La idea que ha circulado de hacerlo cada 5 años no nos parece afortunada.

 Sobre el concurso  de la piqueria, creemos conveniente propiciar su enseñanza en  escuelas como la Rafael Escalona, o la del Maestro Andrés “El Turco” Gil, ya que siempre se presentan los mismos con las mismas. Este arte hay que fomentarlo y estimularlo en las nuevas generaciones, para evitar que se pierda una tradición tan importante y que hace parte esencial de las colitas y las parrandas de la música vallenata.

 Insistimos en que para el próximo Festival, la ciudad se debe preparar desde enero, con las obras que correspondan, con la logística de transporte, seguridad, capacitación de atención a los turistas, etc. Igualmente, sería bueno una moderación en algunos precios de bebidas y alimentos al público, tanto en el Parque como en otros sitios de recreación de al ciudad. Esa moderación debe cobijar a los taxistas, y a los dueños y administradores de hoteles y restaurantes. No se debe abusar del turista, ni de los mismos habitantes de Valledupar, con ocasión del Festival. Esperamos que estos aportes sean recibidos de manera constructiva para un evento que nos incumbe a todos.

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