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Otras cositas

La primera: a raíz de los Juegos Bolivarianos que hace unos años se desarrollaron en esta ciudad, fue necesario arreglar unas vías para los ciclistas y así no expusieron su integridad y, por qué no, la vida; fue una operación “fast track” (creo que así se escribe), con óptimos resultados de reparcheo.

No sé quién y de dónde es el contratista que lo hizo, pero lo hizo bien y barato, utilizando un asfalto “encementao” que ahí está todavía oyendo el cuento y sintiendo el paso de carros, motos y bicicletas, entre ellos yo, que todos los días tránsito por las carreras 11 y 12 y cuando lo hago por la 10 entre calles 16A y 16B hay un cráter que destruye el carro y así es por todas partes; en la misma carrera 11 con 19B, y pienso: por qué Ernesto “que arregla esto” no los utiliza nuevamente, ya que no hay plata para adelantar un reparcheo caro como le gusta a los ingenieros y arquitectos que para reparar un huequito de 50 centímetros de diámetro tienen que levantar toda la placa de 2 x 2 metros o más, porque eso sencillamente es lo rentable para ellos y para los funcionarios deshonestos.

Y ahora que me he metido en este berenjenal de huecos, podas y destrozos de árboles, sin que haya un alcalde o director de Corpocesar que se amarre los pantalones y evite que perdamos el título de ser la ciudad más arborizada del país, ya que los cauchos, algarrobillos, uvas moradas y otros, menos los mangos se están muriendo de viejos y les aplican, eso sí, a todas la motosierra, tal como pasó aquí al frente de Rosas del Ateneo por parte de los bomberos o muy cerquita de la Glorieta del Acordeón, donde masacraron y tratan de secar unos uvitos; jamás he oído decir ni leído que sancionaron a alguien por estos actos criminales; qué tal que los árboles pudieran quejarse, perderíamos la tranquilidad y el sueño con sus terribles alaridos cada vez que los engancharan con una motosierra, un hacha bien afilada o una Collin.

Entre otras cosas, qué se han hecho María Isabel Campo y Camilo Quiroz, desaparecieron, perdieron los opinadores, pero después aparecen a pedir nuevamente el voto por sus lindas caras. Otra cosa es Reyes, quien sí se está convirtiendo en un líder gremial y a través de su columna en EL PILÓN opina y plantea soluciones. Quienes no escriben y participan de los problemas que tenemos, pasarán a la historia sin muchos éxitos, no existirán.

La segunda, qué está pasando con la bendita inseguridad, le aconsejo a los conductores de carros que eviten, para ser atracados, los semáforos, pues se exponen en la parada que los encañonen y le quiten cartera, cadena, celulares o el carro… y hasta la vida.

Ya ir a La Paz por la carretera vieja y venirse por la nueva es un peligro, bandas organizadas les ponen tachuelas a las llantas y a los 3 o 4 kilómetros, “espichao”, te bajas y enseguida te caen los mototaxistas que te siguen y te dejan encuero; hay que iluminar esas vías y hacer patrullajes, para eso la policía tiene cientos de carros y miles de motos. La Paz se ha convertido en un centro delincuencial, en donde oigo decir, y así deben de oír las autoridades, que existen los más grandes desguazaderos de carros y motos y bandas criminales, lo más grave —oigo decir también y así deben de oír las autoridades—, dirigidas por pacíficos que todo el mundo conoce por sus nombres, pero como no tengo pruebas no los cito y, además porque de pronto me quiebran porque soy un asiduo visitante de la que fue la pacífica y querida La Paz, hoy convertida en un centro delincuencial al mejor estilo de los que fueron o siguen siendo San Juan y Maicao.

La tercera queda pendiente, se acabó el espacio, pero la anuncio: la vía hacia Las Raíces y El Alto en parte en estado de extinción. ¡Qué horror!

POR: José Manuel Aponte Martínez

Categories: Columnista
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