Quién no recuerda que el vallenato, Aníbal Martínez Zuleta,nacido en el popular barrio El Cañaguate, fue Contralor General de la República por dos periodos consecutivos, entre los años 1975 a 1982; es decir, antes de la Constitución de 1991, que le disminuyó poder a esta encopetada institución; sin embargo, sigue con mucho poderío.
Soy uno de los tantos vallenatos de plácemes por la elección del doctor Edgardo Maya Villazón como Contralor General de la Nación, ya que es beneficioso para la ciudad de Valledupar y el departamento del Cesar. Sin duda, un funcionario de esta talla favorece los intereses de esta región huérfana de estos personajes tan importantes por sus influencias para jalonar bienestar a sus terruños de origen.
Confío en lo que ha sustentado el reconocido abogado, Hugo Mendoza, en una de sus columnas de este periódico, ojalá ningún juez dé al traste con su criterio y el doctor Maya termine su periodo. Me imagino que las demandas en contra de su elección ya están en curso hacia la autoridad competente que puede anularla. La puja para mantenerse en el cargo va a ser dura, pese al respaldo presidencial,aunque en nuestro país tal soporte se retira por circunstancias insondables.
El cumplimiento de Edgardo Maya, presumo, no va a ser inferiora la responsabilidad que le ha otorgado el presidente Santos con su guiño y el Congreso, ya que tiene el conocimiento y la experiencia adquirida en dos periodos consecutivos como Procurador General del país. Este es un potencial que revitaliza su quehacer en este trance tan difícil que atraviesa Colombia.
Los contrarios a su elección, no solamente son el procurador Alejandro Ordóñez y los militantes del partido Centro Democrático, sino otros encubiertos, no cejaran en censurarle la mínima falencia, por lo tanto debe cuidarse la espalda con colaboradores y asesores, además de ser de su entera confianza también deben ser idóneos, que no permitan deslices inmorales ni errores inoportunos.
En fin, al doctor Edgardo Maya Villazón, le auguro una buena gestión en su nuevo cargo y para él y su familia mis felicitaciones.
Coletilla: el optimismo del presidente Santos con la finalización del conflicto interno armado cada día es más notorio, así debe ser, para que no quepa duda (como la de mi columna anterior) en su voluntad de terminarlo. Satisface que esté tomando las medidas pertinentes para afrontar el posconflicto ¡Enhorabuenas!