Hace un mes y una semana, EL PILÓN publicó un informe titulado ‘Valledupar a oscuras’, en donde se observa la penumbra que envuelve a esta ciudad, sobre todo el centro de la misma. El artículo demuestra cómo en ciertos sectores de la urbe las personas deben abstenerse de transitar para evitar ser atracados, violentados o muertos.
Debido a esta crítica situación, habitantes de los alrededores de la Alcaldía de Valledupar denunciaron ante este medio de comunicación la realidad que los envuelve desde hace algún tiempo, debido a la tenebrosidad de la plaza Alfonso López, del Callejón de La Estrella y muchos otros sectores cercanos al Palacio Municipal. Acontecimiento provocado por el robo de luminarias, falta de policías, vigilantes y la presencia de vándalos e indigentes en el emblemático sitio.
Mario Ruiz, propietario de una tienda del barrio La Garita, aseguró que su negocio ha sido atacado por maleantes que transitan a cada momento por la zona.
“Los fines de semana me toca cerrar a mediodía y abrir a las 6:00 de la tarde, porque esto por acá es peligroso. La inseguridad es grave, mucho atraco, a veces uno ve, pero prefiere callar. Al administrador de la tienda lo atracaron, se llevaron productos, pero nos salvó un vecino que hizo un disparo al aire para que se fueran”, mencionó el comerciante.
Y es que no sólo los comerciantes, habitantes y turistas han sido los más afectados por la constancia de delincuentes en el Centro Histórico, el Palacio Municipal ha sufrido robos, tanto así que los aires acondicionados de la entidad, que estaban ubicados a pocos centímetros de las ventanas del lado izquierdo de la infraestructura, fueron alzados y las ventanas selladas con mallas para evitar substracción de los elementos.
El Concejo de Valledupar sufrió el primer hurto. Armando Cuello Jiménez, Secretario General de la corporación, afirmó “este tipo de problemas que propició el robo de los elementos de los aires de la Secretaría General del Concejo, se llevaron la tubería y nosotros, ignorando esa situación, prendimos los aires de manera habitual, pero uno no prendió y nos tocó reponer ese equipo”.
Este tipo de acontecimientos es lo que le causa mayor preocupación a los habitantes, quienes aseguran: “si esto le pasa a la Alcaldía, imagínese lo que puede pasar con nosotros, que no somos autoridad”.
La IPSI Dusakawi no se queda atrás de los incidentes ocurridos en la calle 15 y 16 entre carrera 4 y 7, que en cinco ocasiones ha sido hurtada, según la coordinadora del centro asistencial, Yosiry Salcedo.
“Se montan en el techo y se llevan las unidades y tubos de material de cobre, a cada momento hacen eso. Con respecto a la inseguridad hay bastante delincuencia, se entran a las consultas toman agua, piden dinero a los usuarios y se van”, dijo Salcedo.
Por su parte, Roberto Pavajeau, dijo “por aquí siempre hay maleantes, uno ve en las bancas durmiendo a indigentes, y las lámpara que están en frente de la Alcaldía se las robaron, y así pasó en todos los alrededores, no nos han dejado nada, eso aquí es un vandalaje, hasta uno recibe amenazas por pedirles que dejen las lámparas quieta”.
“El inodoro de los indigentes”
El parque Altagracia, ubicado en la parte trasera del Palacio Municipal, al parecer, es el inodoro de los indigentes de Valledupar, el escondite de los vándalos y el motel al aire libre de las parejas a escondidas, en donde la oscuridad también permanecía, pero gracias al accionar del habitante Orlando Mejía Castro, quien colocó un reflector en el sitio para evitar que personas sigan utilizando el centro recreacional y las terrazas de vecinos para consumir droga.
Aunque el 20 de marzo de 2013, los vecinos del parque Altagracia, ubicado en la carrera 4 entre calle 15 y 16A se dirigieron al alcalde Fredys Socarrás Reales, a través de un comunicado, con el objeto de denunciar la oscuridad de dicho parque, que ha venido siendo ocupado por maleantes en las horas nocturnas, causando inseguridad y presencia de desechos humanos en el lugar aledaño al palacio de gobierno local, hasta el momento no se ha percibido gestión alguna.
“Esto está invivible, con este ítem: el parque es de la Alcaldía”, dijo el afectado.
“Eso era el inodoro de los indigentes”, dijo Alejandro Rodríguez, quien indicó “que están cansados de la inseguridad y de ver decenas de personas quitándose la ropa para hacer sus necesidades en el sector”.
María Doris Villazón manifestó, “uno como habitante y todos los turistas que pasan por acá, vemos bochornosos espectáculos porque aquí no hay policía, ni iluminación, porque si lo hubiera la gente se cohíbe de hacer esa escenas”.
Los shows que presentan bajo la luz de la luna en el Centro Histórico de Valledupar también se deben, según los residentes, a la falta de cámaras de seguridad que ayuden a controlar estos penosos hechos.
Villazón aseguró “mi esposo y yo hemos sido atracados varias veces. Aquí los hombres llegan en moto, quitan carteras, de todo, esto es permanente. Hay falta total de la Alcaldía, ahí queda el edificio pero el Alcalde no sabe lo que está sucediendo”.
Los habitantes de esta zona de la ciudad piden a las autoridades municipales la instalación de un Centro de Atención Inmediata (CAI), móvil, en cercanías de la Plaza Alfonso López, para brindarle seguridad a los residentes, comerciantes y turistas que llegan a esta emblemática plaza para conocer un poco más de la historia del Valle del Cacique Upar.
Además, los lugareños solicitan el constante patrullaje de los uniformados. Otros aseguran que hace falta voluntad política, “voluntad del Alcalde, para que acabe ese foco de consumo y las ollas de microtráfico”, mientras que otros prefieren irse del barrio y vender sus propiedades para evitar los problemas que allí se presentan, tal como parece que sucederá con los habitantes de la casa El Balcón, donde tres generaciones de una misma familia han habitado, pero por la situación están buscando otro sitio para vivir.
La compra y venta de cobre
Todo aquello hecho a base de cobre en Valledupar es apetecido por los indigentes, puesto que venden el material para consumir sustancias psicoactivas. Por tal motivo, según un habitante, “por aquí no hay foco ni aire acondicionado que aguante y hasta los espejos de los carros se los roban”.
El residente, dijo además “que la olla de microtráfico ubicada en el barrio El Pescaito le suelen llamar La Macarena”, por la cual los maleantes cometen sus fechorías.
EL PILÓN se comunicó con una de las chatarrerías de Valledupar, ubicada en el barrio Doce de Octubre, con el fin de conocer el negocio de la venta del elemento químico de color rojizo, allí una señora indicó que actualmente el kilogramo del cobre se encuentra en 10 mil pesos, precio que varía de acuerdo al dólar, debido a que éste es objeto de exportación.
Sin embargo, cualquier persona puede vender o comprar al precio que desee. “Nosotros compramos desde mil pesos el cobre o desde 50 pesos el vidrio, pero lo que tiene que ver con cobre de teléfono no lo compramos porque es prohibido debido a que se los roban”, dijo la mujer encargada de atender en el lugar, que por seguridad EL PILÓN reserva la identidad.
¿Y la Alcaldía?
Hace 38 días, aproximadamente, EL PILÓN consultó al gerente de la Concesión Alumbrado Público, Jaison Penso, para que explicara la razón de la oscuridad de la plaza Alfonso López y sus alrededores, sin embargo, el funcionario indicó que no puede hacer nada al respecto si la ciudadanía sigue sin cultura ciudadana y no existe voluntad política.
Por su parte, el alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, especificó que existe un plan agresivo de mantenimiento en la ciudad, para el cambio de las luminarias de color amarillo por luces LED.
Con respecto a la seguridad, el mandatario de los vallenatos manifestó “ya existe vigilancia en las horas de la madrugada por parte de la Policía, que era el tiempo escogido para el hurto del cableado de cobre de las lámparas, y las luces LED se colocarán muy pronto”.
¿Sabías que…?
En los últimos tres años, la Concesión de Alumbrado Público de Valledupar ha registrado pérdida por robo de más de 300 millones de pesos, catalogando como lo más penoso el hurto de las lámparas de la plaza Alfonso López.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
merlin.duarte@elpilon.com.co