¿Original o copia?

No sólo los estudiantes al graduarse del colegio, se preguntan, qué quiero estudiar, qué me gusta, a qué me quiero dedicar; muchos adultos se preguntan lo mismo con relación a quiénes son y qué desean realmente para sus vidas, ya que han estado durante muchos años, siendo una copia de su entorno, o peor aún, una efímera idea en la cabeza, que no logra desarrollarse, por temor e inseguridad.

En ocasiones, ser una copia resulta cómodo, pues logra adaptarse al ambiente para tener una rápida aceptación, y no representar ningún tipo de amenaza; no cuestiona, no confronta, se mueve al mismo son, que bailan aquellos que está copiando. Ser original es un poco más complicado, toda vez que debes estar permanentemente dándole explicaciones a las copias, sobre tu forma de ser, obviamente ellas no saben cómo reproducir, algo que no esté ya listo, aprobado y preconcebido por otro. El gran problema, es ser una idea que aún no ha logrado reproducirse, que se encuentra en el software debatiendo con sus miedos, prejuicios y heridas, sacando muchos borradores, pero no logra expresar, quién es en realidad.

¿Cómo saber, si eres original, copia o idea sin desarrollar? Sencillo, la original, vive feliz reproduciéndose, la copia, vive feliz copiando a la original, y la idea, vive angustiada, con ira, miedo o depresión, al no saber qué hacer o cómo actuar; la idea, cambia constantemente ya que le falta confianza, para ser original. Un indicador que te permite saber quién eres, es qué haces a la hora de tomar una decisión; la original, cuenta con la capacidad de tomar sus propias decisiones, pueda que en ocasiones consulte información u opinión a externos, pero es quien tiene la última palabra, toda vez que dimensiona, que así como toma sus propias decisiones, deberá afrontar las consecuencias de las mismas; la copia actúa diferente, siempre toma decisiones a partir de lo que hace y dice la original, hasta las consecuencias de sus propias acciones, las enfrenta, de la misma forma, en que la original lo hace. La idea, en cambio, no logra reproducirse, suele ser quien siempre está inconforme, criticando y juzgando, pero sin tener identidad propia; precisamente crítica tanto a la original, por su propia incapacidad, para tomar decisiones. Una cosa es ser quien eres, y otra, tener una idea de lo que quieres ser, pero no parecerte, en nada a ello. 

Para visualizar mejor el tema, pensemos en una persona originalmente agresiva, que actúa de forma violenta, ante una persona, que tiene una idea de ser agresiva; al principio, la idea agresiva responde de forma violenta por miedo, pero cuando la original muestra todo su potencial, la idea se desvanece, y pasa de ser agresiva, a asertiva, o tal vez pasiva. Si quieres tener una idea de lo que realmente eres, piensa en aquello que puedes sostener a largo plazo, ya que aquello que no logras mantener, son posturas copiadas, o ideas en tu cabeza, que no definen tu verdadera esencia.

Todos estamos viviendo un proceso distinto, existen personas originales que sufren al ser fuertemente criticadas, por ideas que no han logrado definirse; crea tu mejor versión, pero mientras tanto, sé compasivo con aquellos que están en el proceso de crear una vida genuina y con significado.

Por: María Angélica Vega Aroca.

Psicóloga 

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