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Orientación sexual diferente

El Papa Francisco ha demostrado ser humanamente de Dios, y siempre nos da lecciones de vida, de solidaridad y de respeto por todos los seres. Con palabras radiantes de esperanzas y de hermandad para superar las fronteras atávicas de las estigmatizaciones, dijo: “La gente homosexual tiene derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. No se puede echar de una familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por eso. Lo que tenemos que hacer es una ley civil de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente”.

Lo ideal es que el hombre sienta interés sexual y afectivo por una mujer, y la mujer sienta lo mismo por el hombre, es decir que sean heterosexuales; pero como no todo es perfecto en la naturaleza humana, existen hombres y mujeres que sienten atracción por el mismo sexo. Esta orientación homosexual no es una elección personal, según los expertos está determinada por una compleja interacción de factores biológicos, ambientales y sociales.

La homosexualidad no es un delito, no es un pecado ni es una decisión personal. El homosexual es una persona con una orientación sexual diferente, y deben tener, como todos los seres humanos los mismos derechos y deberes. No pueden ser marginados ni excluidos, merecen todo el respeto de sus congéneres y de las autoridades civiles y religiosas.

La homosexualidad ha estado siempre presente en las distintas culturas a lo largo de la historia, pero con la aparición del cristianismo las prácticas homosexuales provocaran un gran rechazo por parte de la sociedad. Este rechazo se incrementó en los siglos XII y XIV, con las diferentes reformas de la Iglesia que tomaban la ley natural como el principal estandarte de moralidad.

En los siglos XVIII y XIX la atención sobre estos grupos fue disminuyendo, cuando algunos teóricos empezaron a tratar de buscar una relación entre la homosexualidad y la medicina y la psicología. La reducción de castigos por homosexualidad surgió con la idea de que, si esta orientación no era algo que la persona escogía de forma voluntaria, no tenía sentido convertirla en un delito. 

Todavía persiste el comportamiento en ciertas  familias de no aceptar la homosexualidad en algunos sus miembros. Otro caso aberrante: hay personas que tienen intimidad con homosexuales por dinero, y después los someten a torturas físicas y en ocasiones hasta les producen la muerte. Eso se podría evitar, si cada homosexual opta por conseguir su pareja y en armonía vivir a su manera.  

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