“La pobreza es una mancha, compadre, que no la quiere ninguno…” son La Pobreza de Julio Vásquez.
El canto “La Pobreza” de Julio Vásquez, es una de las canciones protestas más tristes del repertorio vallenato, pero, muy buena. Siempre me viene a la mente y la tarareo – de vez en cuanto- por ser un paseo que dibuja muy bien la problemática de la carestía.
Por esos días, cuando los candidatos a la Alcaldía y al Concejo de Valledupar, y a la Gobernación y a la Asamblea del Cesar, se alistan para iniciar sus campañas políticas, bien harían en estudiar a fondo los principales problemas económicos de la ciudad y el departamento, uno de los cuales es el aumento de la pobreza.
De entrada, les recomiendo que estudien y analicen el trabajo “Análisis de la pobreza y condiciones de vida en Valledupar”, elaborado por un destacado grupo de economistas, bajo el liderazgo de Fernando Herrera A, un docente e investigador de estos temas. El estudio fue elaborado con Andrea Sofía Otero Cortez y Juan Manuel Monroy. Este trabajo que constituye un valioso aporte a estudiar la problemática de nuestra región.
Según el estudio, la pobreza en Valledupar viene creciendo de manera alarmante: pasó del 27 % en 2014 al 33,4 % en 2017. Ese aumento de la pobreza, me atrevo a decir, va relacionado con el aumento del desempleo en la ciudad que ya bordea el 16 por ciento. Señores, estamos frente a una problemática social que es una verdadera bomba de tiempo. Por supuesto, se creció con la migración de miles de venezolanos, que han salido del infierno de su país tratando de sobrevivir en las tierras de Pedro Castro.
Pero, no nos digamos mentiras, el problema viene de tiempo atrás. Por múltiples razones: crisis del sector minero, la problemática del sector agropecuario, la falta de inversión en nuevas empresas y negocios, han llevado a ese aumento del desempleo y la informalidad.
El trabajo de Herrera y compañía, considera que con unas inversiones constantes por unos diez años, a razón de US230 millones, es decir unos US$23 millones anuales, algo así como $70.000 mil millones de pesos de hoy, se podrían iniciar una serie de programas para luchar contra el flagelo de la pobreza. “Lo que hay que hacer es invertir bien, en lo que toca, y acabar la maldita corrupción”, dice F. Herrera.
Y – señores candidatos a la Alcaldía, pero también señores candidatos a la Gobernación, si bien la mayoría de las políticas económicas dependen del gobierno nacional, es mucho lo que se debe y se puede hacer desde los gobiernos locales. En primer lugar, hay que alertar de esta problemática al gobierno nacional. A los vallenatos nos gusta que nos visiten y –principalmente- durante el Festival Vallenato atendemos a los representantes del gobierno nacional, a la dirigencia política y empresarial del país, pero después de la fiesta se olvidan de esta región.
Acá se requiere una voz urgente que eleve este tema a Bogotá, y lo digamos sin tapujos: la ciudad y el departamento solos no pueden con este problema
El Cesar y Valledupar tienen que buscar nuevos sectores y actividades económicas, insistir en la recuperación del campo, con programas concretos y realistas, concretar las anheladas empresas agroindustriales, etc.; para volver a hacer de Valledupar una ciudad de paz y progreso.