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OGB: modelo de seguridad propiciada por su gente

En la entrada permanecen en turno dos vigilantes del grupo de ‘Vigilancia Comunitaria OGB’, conformado hace más de un año por siete vecinos del mismo barrio. FOTO/SERGIOMCGREEN

Un pequeño barrio o una gran urbanización, de las dos formas se pueden definir al OGB. Este barrio con normas de urbanización es un ejemplo de cómo la alianza comunitaria permite enfrentar de forma ordenada los problemas usuales de cualquier sector.

¿De dónde su nombre? Son las iniciales de la constructora Óscar Guerra Bonilla que hace 21 años decidió iniciar este proyecto y llamarlo por sus tres iniciales.

Ubicado al lado de la Terminal de Transportes en el suroccidente de Valledupar, esta pequeña ciudadela de quince manzanas y 1.620 habitantes aproximadamente tiene su propia seguridad comunitaria. Es un proyecto joven, de no más de un año, que nació para atender la inseguridad creciente en el sector.

Al mejor estilo de los centros de urbanización, a la entrada del OGB hay un portón tipo filtro en la que dos guardias registran las entradas y salidas apoyados por cámaras de seguridad. Ambos están vestidos de azul cielo y el eslogan en la parte de atrás de la camisa ‘Seguridad comunitaria OGB’.

Desde que se creó este grupo la seguridad es el mayor orgullo de este pequeño barrio o urbanización, en este caso una de las más grandes de Valledupar.

Son siete guardas que se dividen en turnos de dos. Los propios vecinos pagan la seguridad, sin embargo, la diferencia con esquemas regulares de seguridad, es que los guardias son vecinos del propio barrio.

Incluso, el presidente de la Junta de Acción Comunal es uno de los vigilantes. Su nombre es Octavio Segundo Gil y fue el encargado de presentarnos el barrio.

De entrada aclara que en algún momento fueron un barrio, pero que la organización comunitaria les permitió convertirse en unidad urbanística. “Esto es una urbanización que tiempo atrás funcionó como un barrio, pero somos una urbanización. Mejor dicho, una unidad residencial. Nos hemos venido organizando de hace un año para acá y ahora somos una de las organizaciones más grandes de Valledupar” comentó Octavio Gil.

“La tranquilidad con la que más vivimos en el barrio, eso es un orgullo para nosotros, las personas que vivimos en el barrio. Dios me trajo a este barrio y es un orgullo que llevaré hasta que muera. Quizás el único problema es que a veces hay vecinos que ponen música a alto volumen, pero la verdad es que nosotros vivimos en la gloria, o algo así”, comentó Luis Duarte, camionero y quien lleva casi diez en el barrio.

Pero como en toda organización, en OGB también hay problemas que aún no tienen respuesta. Y urgencias, como la del parque que se puede convertir en una tragedia.

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