Una recompensa de hasta $20 millones están dispuestas a pagar las autoridades a la persona que facilite información que dé con el paradero de Sebastián Londoño, de 20 años de edad, secuestrado el pasado 22 de mayo en el municipio de Aguachica, sur del Cesar.
A esa decisión se llegó luego de un comité de orden público que realizaron en esa región la Alcaldía Municipal, la Policía Nacional, el Ejército y Gaula para analizar el caso. Los recursos provienen del Fondo de Seguridad Departamental.
Los interesados en colaborar lo pueden hacer mediante los siguientes números telefónicos: 3204610528, 3208511572 y 3208511627 o marcar a las líneas de emergencia 147 y 165 del Gaula de la Policía Nacional y Militar, respectivamente.
La estrategia se implementó a unos nueve días de no tener rastros de los raptores de Lodoño, quien es hijo de un propietario de una empresa de transporte de grúas.
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Aunque en la región hay injerencia del ELN, este grupo armado en su portal oficial tampoco se ha atribuido el secuestro. De acuerdo con fuentes cercanas al caso, las principales sospechas apuntan a un grupo de delincuencia común.
Algunos de los raptores quedaron registrados en cámaras de seguridad, de las cuales en una de ellas se observa que uno de los sujetos sacó a Londoño de un restaurante donde comía con la novia para posteriormente obligarlo a subirse en una camioneta color blanco.
“Le dijeron que lo acompañara para comentarle algo afuera, él sale y ahí lo empujaron dentro de la camioneta; mi hermano intentó como salir del carro, pero arrancan con la puerta abierta”, manifestó recientemente Juan Londoño.
Por este caso los habitantes de Aguachica alzaron su voz de protesta en exigencia a la pronta liberación del joven que recién terminó sus estudios de bachillerato. Además, reside en ese mismo municipio con su familia.
Con Sebastián Londoño ya son dos los casos de secuestro que se registran en lo corrido del año en el departamento del Cesar. La otra víctima es Darnulfo Ríos Estrada, de 57 años de edad, raptado en inmediaciones de la vía que comunica a ese municipio con Ocaña, Norte de Santander.
Los hechos se registraron en su fábrica de aguardiente artesanal (bolegancho), donde llegaron cuatro sujetos que se lo llevaron con rumbo desconocido.