Tras la realización del primer Congreso de Arboricultura en Valledupar, organizado por la Asociación Colombiana de Arboricultura y Proárbol, es necesario observar la situación del arbolado urbano a la luz de las experiencias, técnicas y propuestas que fueron expuestas por 18 expertos de Colombia, México y Estados Unidos.
En primer lugar debe reconocerse que las autoridades de Valledupar han jugado un rol proactivo en el diseño y ejecución de políticas de arborización, aunque muchas veces sin la mayor rigurosidad técnica, siempre con la motivación de construir una ciudad más agradable; así que existiendo ya la cultura del árbol sólo queda fomentar su continuidad y mejorar su práctica, siguiendo las reglas que han establecido la experiencia y el juicio académico.
Debe indicarse también que en esta ciudad, en cuyas calles habitan más de 70.000 árboles, los casos de afectación al pavimento, andenes y redes de servicios públicos, ciertamente son visibles, y si tomó décadas lograr la buena cobertura arbórea de la cual se goza, también tomará años corregir los defectos del arbolado, pero con voluntad se puede lograr pronto.
Básicamente, las recomendaciones expuestas en el Congreso se pueden resumir en: correcta selección de los ejemplares, prefiriendo las especies nativas o aquellas que siendo foráneas se han integrado sin conflictos ecológicos (como el mango); correcta plantación atendiendo a la frondosidad, desarrollo radicular y espacio disponible (no es igual plantar en un andén estrecho, que en el centro de un parque); previsión del crecimiento y desarrollo urbanístico; manejo técnico de las podas; y control regular fitosanitario. Cinco principios que para ser realidad necesitan planificación y acompañamiento profesional.
Valledupar estuvo representada por el biólogo Miguel Ángel Sierra, con una exposición de las plagas que afectan a los árboles de la ciudad y de cómo es posible controlarlas biológicamente, sin el uso de pesticidas; y el ingeniero forestal Luis Alberto Guerra, que cerró el evento con una propuesta para hacer de Valledupar un “bosque seco tropical urbano” turísticamente atractivo, además de discurrir brevemente por la historia de nuestra arborización. Fue igualmente destacada la exposición del programa de silvicultura comunitaria de Valledupar, a cargo de Ph D. Marla Emery, del US Forest Service, auspiciante en el diseño del plan de manejo para el arbolado de la ciudad.
Los organizadores manifestaron gran satisfacción por los logros obtenidos; indicaron que su propósito principal es ayudar a que muchos más arboristas se certifiquen en los estándares de la Sociedad Internacional de Arboricultura, y expresaron su compromiso con la elaboración del censo arbóreo de Valledupar. Queda pues la ciudad expectante al resultado de los proyectos para el mejoramiento de su arbolado y a que se incluya en ellos las propuestas y recomendaciones expuestas por los expertos.
Por José Luis Ropero
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