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Obras inconclusas en el departamento del Cesar

La contratación pública en Colombia se basa en siete principios que procuran garantizar una eficiente gestión de los recursos públicos, sin embargo, es uno de los principales problemas que tiene el Estado colombiano.

Odebrecht, Reficar y el Programa de Alimentación Escolar, PAE, constituyen una muestra reciente que tipifica falta de transparencia y una exacerbada habilidad para torcer la ley.

El problema dista por resolverse a pesar de las leyes y medidas establecidas, porque el montaje para formalizar prácticas ilícitas rebota de la institucionalidad y los responsables del robo de los recursos públicos terminan en sus casas la mayoría de las veces disfrutando del fruto de su macabro raponazo. La estructuración de estudios o diseños, el planteamiento de obras innecesarias y otras sin terminar son las modalidades más usuales para dar el zarpazo y morder de los recursos públicos.

El panorama de obras inconclusas es generalizado en todas las regiones del país, bien podríamos emprender un safari por la geografía nacional para descubrir elefantes blancos. Las obras inconclusas materializan las ansiedades del gobernante por la relación directa que tienen con las costosas campañas electorales y son susceptibles de corrupción.

Colombia ocupa el primer lugar en Latinoamérica en el Índice Global de Datos Abiertos, MinTIC, a través de la estrategia Gobierno en Línea y su componente de Gobierno Abierto, ha promovido la publicación de datos abiertos con el objetivo de generar transparencia, participación y emprendimiento. En materia de Contratación Pública, el país cuenta con tres sistemas: Secop I, Secop II y la Tienda Virtual del Estado colombiano.

Tenemos las herramientas y un robusto marco normativo, pero nos falta transparencia e instituciones que hagan cumplir la ley. Con base en esta introducción quiero enfatizar en las obras inconclusas con domicilio en el departamento del Cesar, que hacen parte del inventario de control Fiscal efectuado por la Contraloría General de la Republica, particularmente dos ejecutadas en Valledupar: la Construcción y/o ampliación  y/o adecuación y remodelación del estadio de fútbol Armando Maestre Pavajeau y la sede Caribe de la Universidad Nacional de Colombia.

Oportunamente el Contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, enfocó su misión en estas obras. Entiendo que el Gobernador Francisco Ovalle Angarita asumió el compromiso de terminar los proyectos iniciados en la administración de Luis Alberto Monsalvo. En ese contexto es pertinente que la ciudadanía del Departamento conozca los medios y la forma en que son invertidos los recursos, redefiniendo el cronograma, el aval de los recursos, el horizonte del proyecto y el término de entrega conforme a la maqueta preliminar.

Otro aspecto irrenunciable reside en la exigencia de calidad a los contratistas, recibir productos sin esa condición es de mediocres y desconsiderados. La experiencia de la vía Guacoche-Guacochito no debe repetirse, señores supervisores e interventores, ustedes tienen un rol susceptible de investigación fiscal, disciplinaria y penal, comprendan esa disposición, asimismo, que a través de los sistemas de información la ciudadanía vigila sus actuaciones, pongan en cintura a los contratistas y de ser necesario hagan efectivas las pólizas de garantías.

Esperamos que el señor Gobernador atienda los requerimientos de la Contraloría General, programando actividades que permitan hacer seguimiento y control a las obras inconclusas referenciadas, porque es absurdo continuar apareciendo en la retina nacional como una Región con dirigentes vinculados con casos de corrupción, hay que desprenderse de ese lastre vergonzoso, la mejor forma de hacerlo es controlando los riesgos para entregar las obras sin ningún tipo de reparos.

Por Luis Elquis Díaz

@LuchoDiaz12

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