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Obras de nunca acabar (¿Hay corrupción?)

Las cartas están sobre la mesa en la Gobernación del Cesar, en las alcaldías, en la Universidad Popular del Cesar y en el Sena Cesar. En fin, hay nuevos funcionarios al frente de esas instituciones y en otras quedan los mismos, pero se afirma que siguen los vicios.

El martes (ayer) me llamaron bien temprano mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan para avisarme sobre el titular de EL PILÓN: ‘Se acabó el tiempo y la plata para la Simón Bolívar’. También a mí me dio escalofrío, pero enseguida reflexioné y les pedí a mis consejeros hacer un análisis sobre este tema y sobre la situación generalizada en el Departamento.

Ellos sostienen que dicho titular debe ser un campanazo de alerta para los entes de control, que deben asumir una posición de revisión de la obra en cuanto a su legal contratación, el seguimiento natural que se le debe hacer y la interventoría que no debe claudicar en sus quehaceres.

Sin embargo, parece ser que nada de lo anterior ocurre y como bien lo afirmó EL PILON la obra debería ser inaugurada en febrero y no en noviembre ni en diciembre (2016), si la suerte fuere buena.

Lo otro –aquí es donde hablan mis consejeros de los entes de control- es que la obra fue contratada por 29. 600 millones y se asegura que hay que hacerle una adición de casi ocho mil millones más.

Tío Chiro pregunta: “¿quién hizo ese proyecto de inversión pública que se desfasó tanto?”. De ser ciertas todas estas sospechas alguien deberá intervenir antes que la obra termine costando el doble de lo que se contrató.

Pero no solo en la mentada Avenida se empiezan a descubrir incoherencias en plazos y costos de la obra, no.

Ahí están el estadio de Futbol y la tan cacareada sede de la Universidad Nacional. La primera inaugurada o puesta en funcionamiento sin culminar y la segunda de nunca acabar. Pasaron los cuatro años del gobernador Luis Alberto Monsalvo y nada, lo que si dicen que hubo fue mucha adición en pesos. Ahí en esa obra tenemos la peor ignominia del país, porque es un saco roto donde los miles de millones de pesos invertidos no se ven. Hay unas bases, unas paredes a la intemperie y un camino largo… como dice la canción.

Ya tenemos los cesarenses experiencias vividas como ocurrió en la Avenida en el municipio de La Paz contratada por la Gobernación y la mal llamada plazoleta de Las Banderas en la Gobernación, en donde afirman que contrataron por 9.621 millones y luego adicionaron hasta 14 mil millones. Inclusive se denunció que allí hubo detrimento patrimonial.

La Procuraduría y la Contraloría, esta última dirigida por el vallenato Edgardo Maya, deberían auscultar cada obra y con los contratistas explicarle a la ciudadanía lo que está pasando, porque algo pasa y lo que se quiere es transparencia.

Mis consejeros también recuerdan que hace unos meses en la Universidad Popular del Cesar, el rector Jesualdo Hernández corrió a inaugurar una edificación inconclusa y a última hora hizo varias contrataciones que hoy son cuestionadas.

En fin, los entes de control deben revisar con o sin lupa las contrataciones que se hacen también en el Sena regional del Cesar en donde se afirma que sigue siendo un fortín para los políticos y las obras contratadas en Valledupar, Chiriguaná y Codazzi, fuertemente cuestionadas. Hasta la próxima semana.

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