“Los Ingresos Públicos son los recursos que obtiene el Estado en forma coactiva (tributos), voluntaria (donación, legado) de la economía de los particulares y el uso de sus bienes (venta usufructo, arrendamientos) para satisfacer las necesidades colectivas a través de la prestación de servicios públicos. Las concepciones modernas indican que el Estado no sólo debe dedicarse a cumplir con los fines de satisfacción de las necesidades de los particulares, sino que también deben participar activamente en todos los ámbitos involucrados en la vida cotidiana de una nación”.
Este aparte de la Teoría de los Ingresos Públicos y Recursos Públicos para denotar la importancia de invertir bien los dineros públicos en obras que necesita la comunidad para satisfacer sus necesidades básicas. La buena inversión y ejecución de los recursos es lo que permite que al final se logren los objetos de los contratos a cabalidad.
Nos alegra que el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, haya exigido al contratista de la vía Guacoche-Guacochito, en el norte de Valledupar, que terminara las obras a satisfacción, luego de que un fuerte aguacero inundara gran parte del corregimiento debido a que faltaban algunas obras complementarias. Este contrato tuvo un valor de 14 mil millones de pesos, es mucha plata para permitir que quedara con falencias.
En un comunicado de prensa el gobierno departamental informó que están haciendo “los ajustes consistentes en alcantarillas, con dos pases de aguas lluvias y unas cunetas para que la velocidad de la evacuación de las aguas lluvias sea más rápida y evitar el represamiento y la inundación”.
La comunidad merece que las obras que les entreguen estén completas, como en el caso de Guacoche, pero aplica para todas las obras en ejecución, para que no siga haciendo carrera el festival de obras inconclusas. Los contratistas se acostumbraron a dejarlas a medio terminar, los gobernantes a no decir ni exigir y nada, y la comunidad a recibirlas conformes.
La experiencia de la vía Guacoche-Guacochito es importante porque se planeó una obra de pavimentación sin tener en cuenta lo que ocurre en temporada de lluvias y su construcción fue en tiempo seco, lo que indica que la etapa de planeación y diseño debe ser más rigurosa. Algo parecido ocurrió con el acueducto regional de Los Venados, que beneficia a los corregimientos del sur de Valledupar, el cual a pesar de que fue inaugurado no ha comenzado a operar porque parece que fue construido sin tener en cuenta los cambios climáticos.
El acueducto regional tiene una dotación de 20 litros por segundo, incluye una planta de potabilización, 60 kilómetros de tubería, micromedidores y macromedidores. La obra tuvo un costo de 10.600 millones de pesos.
Mucha plata para permitir que esté sin utilizar esta obra.