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Nuevos cambios al estatuto tributario: análisis y retos

El lunes 16 de diciembre, la Secretaría de Hacienda de Valledupar, en cabeza de Lily Mendoza, hizo la socialización del proyecto de acuerdo municipal para la modificación al Estatuto Tributario. Si bien esta Administración ya había anunciado desde principios de este año que dicha modificación se iba a realizar, el anuncio tomó por sorpresa a gran parte de la ciudadanía, gremios y otros actores de la sociedad civil, quienes argumentamos que un tema tan importante y de tal envergadura para la ciudad merece de mayor concertación y discusión.

Ocho días después de su socialización, el Concejo Municipal decidió aprobar las modificaciones al Estatuto Tributario, con el que en teoría se busca fortalecer los ingresos fiscales del municipio y en teoría atraer inversión privada. Desde el Programa Valledupar Cómo Vamos queremos analizar algunos de los cambios aprobados:

¿Cómo va el recaudo de impuestos?

Para comprender la situación actual y proyectar el futuro de las finanzas de nuestro municipio, es fundamental analizar la evolución de sus principales cuentas en los últimos años. Este análisis nos permitirá identificar con precisión cuáles tributos requieren mayor atención debido a su bajo recaudo o, por el contrario, si enfrentamos un escenario de crecimiento. En este último caso, realizar modificaciones que incrementen algunas tarifas y eliminen ciertos beneficios podría no ser adecuado, considerando el contexto socioeconómico del municipio.

Empecemos revisando el comportamiento de los ingresos propios (tributarios y no tributarios). Como se observa en el gráfico 1, los ingresos no tributarios han tenido un aumento constante durante el periodo de análisis, a excepción de 2022, donde hubo una disminución de 2% con respecto a 2021. Por el lado de los ingresos tributarios, los que intenta aumentar los nuevos cambios, tuvieron un crecimiento acumulado de 27%, equivalente a una tasa de crecimiento anual promedio de 4%. Sin embargo, estos no han podido recuperarse después de la pandemia, pasando de 168 mil millones recaudados en 2019 a 159 mil millones en 2023.

Ahora bien, si nos adentramos a analizar el comportamiento de los ingresos tributarios, evaluando los más importantes como el Impuesto Predial Unificado e Industria y Comercio (ICA) que en conjunto tienen una participación de más del 50%, encontramos que el desempeño negativo se explica en gran medida por la caída del Impuesto Predial Unificado, que experimentó un desempeño positivo en el periodo 2016 – 2019, pero que desde la caída en el año de la pandemia no ha podido recuperarse, sufriendo una reducción de 10% real en el periodo 2020 – 2023, tal como se observa en el gráfico 2. 

De forma distinta ha evolucionado el ICA, alcanzando variaciones reales positivas en los últimos 8 años, a excepción de 2020 por las medidas de aislamiento que se adoptaron para hacer frente a la crisis sanitaria. Sin embargo, lo que podemos observar es que mientras el predial nunca pudo volver a los niveles de 2019, al ICA solo le bastaron 2 años para retomar la senda de crecimiento y alcanzar tasas de aumento significativas durante los últimos 3 años.

En contraste con ciudades como Barranquilla y Pereira, Valledupar tuvo una reducción acelerada de los ingresos tributarios por habitante, especialmente en los últimos 2 años. Estas dos ciudades tienen una característica especial que deben poner en alerta y al mismo tiempo servir de ejemplo a nuestra ciudad. En el caso de la capital del Atlántico pasó de tener ingresos por habitante de 343 mil pesos en 2005 a 911 mil pesos en 2023 (Gráfico 3), un aumento de 165%, que ha servido para realizar las inversiones socioeconómicas que hoy posicionan a Barranquilla como una de las más competitivas de Colombia. Por el lado de Pereira, una ciudad con 481 mil habitantes tiene más del triple de ingresos tributarios por habitante que nuestra ciudad, recaudando más de 515 mil millones en tributos para la vigencia 2023.

Expuesto todo lo anterior sobre la evolución de las finanzas públicas de Valledupar, se pueden mencionar 3 características evidentes: 1. La ciudad se encuentra totalmente desfinanciada para llevar a cabo las obras que requiere y demanda la ciudadanía para superar gran parte de las problemáticas sociales, 2. El impuesto de Industria y Comercio no ha parado de crecer a pesar de una coyuntura económica negativa y 3. El bajo desempeño del predial representa un alto costo de oportunidad para el municipio que enfrenta restricciones de presupuesto para atender sus principales problemas.

No obstante, pese a que hemos mostrado una situación crítica de las finanzas del municipio, desde el Programa Valledupar Cómo Vamos creemos que antes de una modificación al Estatuto Tributario es más importante realizar una serie de reformas administrativas que permitan aumentar los ingresos, ya que los impuestos locales son una fuente dinámica potencial de recaudos, pero algunos problemas relacionados con la capacidad institucional impiden que lleguen a su óptimo. Además, consideramos que un tema tan trascendental debería ser más concertado para no tener que estar haciendo modificaciones en cada nueva administración.

¿Qué cambios vienen en materia de impuestos?

Según la secretaria de Hacienda Dra. Lily Mendoza, las modificaciones buscan aumentar el recaudo del municipio en 16 mil millones de pesos. Para esto, se introducen cambios en algunas tarifas del Impuesto Predial Unificado, ICA, Delineación Urbana, entre otros, y se generan algunos incentivos tributarios para atraer la inversión privada que tanto hace falta en la ciudad. En este artículo solo nos concentraremos en los cambios propuestos en predial e ICA, donde se concentran la mayor parte de los ingresos adicionales esperados. Lo relacionado con los incentivos para atraer inversión lo tocaremos en otro artículo.

Revisemos los nuevos cambios que se vienen en el impuesto predial. Por una parte, se mantienen las tarifas para los estratos 1, 2 y 3, así como para los destinos cultural, educativo, institucional público de salud y los lotes no urbanizables. En el caso de los demás destinos, es decir, el habitacional de estratos 4 a 6, los predios sin estrato, el comercial, industrial, agropecuario, los lotes urbanizables no urbanizados, los lotes urbanizables no edificables y la categoría denominada “Otros”, se aprobaron aumentos en sus tarifas.

En el caso del ICA, los cambios aprobados tienen como objetivo simplificar el régimen tarifario, pasando de un total de 413 actividades con su correspondiente tarifa a 32 subsecciones. El mayor ajuste se da en las actividades industriales, que actualmente contemplan 139 actividades y pasan a 6 subsecciones. Además, se plantean algunos incrementos tarifarios para ciertas actividades económicas, como el comercio al por mayor de bebidas y tabaco, el comercio al por menor de prendas de vestir, entre otras.

¿Se solucionan los problemas de fondo?

Más allá de lo inconvenientes que pueden resultar estos aumentos para algunos sectores económicos y una parte de la ciudadanía, desde el Programa Valledupar Cómo Vamos creemos que, en el caso del impuesto predial, más que aumentos tarifarios (la solución adoptada por la administración, obviamente la más fácil, pero no la más eficiente), se necesitan reformas que permitan modernizar el catastro del municipio. Valledupar es Gestor Catastral desde finales de 2021, pero solo en el papel, porque, en la práctica, no ha podido realizar la función principal de dicha figura, que es mantener actualizado el catastro de la ciudad.

Existe aún una brecha gigante entre el inventario real de predios que existen en la ciudad y los que se encuentran registrados en la información de la Oficina de Catastro. Según cifras de Camacol Cesar, solo en los últimos seis años se han entregado en Valledupar más de 10 mil viviendas nuevas, las cuales tendrían que haber representado una fuente importante de recursos por concepto de impuesto predial. Pero lastimosamente, no ha sido así: gran parte de estas viviendas no se han desenglobado, por lo que, ante el inventario catastral, estas viviendas no existen y, no se les factura el predial, una perdida de recursos importantes para las finanzas de la ciudad.

Antes mencionábamos el éxito de Barranquilla. Pues bien, en esta ciudad los desenglobes tienen una duración de entre 10 y 15 días una vez se entregan las viviendas; en Valledupar, pueden tardar años.

El impuesto predial enfrenta dos desafíos importantes que esta administración debería resolver si quiere asegurar los recursos necesarios para ejecutar su Plan de Desarrollo. En primer lugar, como se mencionó anteriormente, se requiere contar con un inventario actualizado de los predios que realmente tiene el municipio y que deberían estar contribuyendo con el predial. En segundo lugar, está el valor de los avalúos catastrales, que constituyen la base gravable del impuesto y que también se encuentran por debajo de su valor real.

Si se materializan la solución de estos 2 problemas, el municipio puede aumentar el recaudo de este impuesto de forma significativa sin tener que aumentar las tarifas en medio de un contexto crítico para la ciudad. 

Por el lado del ICA, consideramos un régimen simplificado es positivo, pero agruparlas en tan pocas subsecciones podría generar inseguridad jurídica para las empresas que no vean tan claro la subsección a la que pertenece su actividad. De igual forma, los aumentos aprobados podrían generar un crecimiento de la informalidad y generan una carga adicional para las empresas que todos los años contribuyen con el pago del impuesto.

El reto principal del ICA radica en aumentar la base de contribuyentes que realizan el pago, generando estrategias para que más empresas empiecen a pagar por este impuesto. Según cifras de la Secretaría de Hacienda, solo en 2023 pagaron 4 mil empresas. 

En definitiva, si bien los cambios aprobados en el Estatuto Tributario pueden contribuir al aumento del recaudo fiscal, la solución estructural pasa por implementar estrategias que fortalezcan la base de contribuyentes y optimicen los procesos administrativos. Un enfoque integral y concertado será clave para que estas reformas generen los resultados esperados y se traduzcan en beneficios tangibles para la ciudadanía.

Mientras esto no suceda, Valledupar desafortunadamente seguirá en una senda de incertidumbre, lo que impedirá la llegada de nuevas empresas y el fortalecimiento de las existentes, que sin duda alguna son el motor de la ciudad, un estatuto sin concertar, realizado en el último suspiro del año, deja mucho que desear de un gobierno que llegó con la esperanza de trabajar de la mano de los gremios y sectores de la sociedad civil, pero que con acciones como esta no mandan un mensaje positivo, debemos entender que el bienestar de Valledupar, se construye entre todos… y al Concejo de Valledupar, un mensaje a que conozcan la ciudad, que coadministran con el Alcalde y su equipo, es momento de poner a funcionar esa junta directiva que busque lo mejor para la ciudad.

Por: Valledupar Cómo Vamos.

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