Todo parece indicar que las 4 nuevas posibilidades de proyectos energéticos del país, basados en nuevas tecnologías, en la técnica ‘fracking’ (fractura hidráulica? del suelo para extraer gas y petroleo) y explotación ‘offshore’ (mar adentro), van a ubicarse en la región Caribe.
La gran tarea del Ministerio de Minas y Energía es elevar las escasas reservas energéticas disponibles y garantizar la competitividad del país. Hay que modernizar la regulación e incentivar la participación de grandes inversionistas. El peligro es que tengamos que importar bienes energéticos si no se aumentan los recursos. Efectivamente, las nuevas tecnologías limpias no convencionales tienen en el Caribe sus principales fortalezas, una oportunidad única.
La subasta de energía que promueve el Gobierno nacional busca comprar 1.500 gigavatios de energías eólicas y solar. El país tiene 15.000 megavatios instalados y se quiere crecer 10 % adicional a través de nuevas tecnologías.
De acuerdo a los mapas de ubicación de los sectores con mayor luminosidad (energía solar) y de mayor velocidad de viento (energía eólica), los proyectos estarían ubicados en la región Caribe, en especial, La Guajira, Magdalena, Cesar, Atlántico y Bolívar.
De las 30 iniciativas que se están tramitando para esta subasta, más de la mitad están ubicadas en esta zona. Por ejemplo, en el departamento de Cesar, ya hoy se han ubicado parques solares por más de 300 megavatios de generación.
Del análisis de los mapas del Ministerio de Energía se deduce que para la eólica, el Caribe tiene vientos con fuerza 4 veces superiores al promedio mundial. Esto indica que los vientos, mar adentro, en nuestra región, también son muy atractivos. Así mismo, los proyectos de energía solar estarían ubicados en Atlántico, La Guajira y Magdalena, por su alta luminosidad.
Otra circunstancia relevante es que todas las posibilidades offshore –bloques de explotación de gas y petróleo mar adentro– las tiene la región Caribe, ahora que la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ha corregido los artículos del proceso de contratación con las empresas extranjeras que están haciendo el proceso de investigación de la ubicación de reserva de gas y petróleo.
Otra clase de energía que también parece tener una mayor posibilidad de desarrollo en el norte del país, ahora que la comisión de expertos dé su visto bueno, son los yacimientos no convencionales, es decir, el ‘fracking’. Ahora que viene declinando el yacimiento de gas ubicado en Ballenas (La Guajira) se necesita buscar su reemplazo, y el fracking aparece como una alternativa que el país debe estudiar. Todo apunta a que las reservas estarían ubicadas en Cesar, Santander y Bolívar.
Así las cosas, todo indica que en la región Caribe estarán ubicados los nuevos proyectos de gas, energía solar, eólica y mediante la técnica ‘fracking’. El norte de Colombia se convertirá en el nuevo referente y potencial energético con el que se rompe una larguísima tradición en la que el interior del país tuvo la gran ventaja de manejar la energía hidráulica y, por lo tanto, ponía las condiciones. Con este nuevo equilibrio, seguramente ‘otro gallo cantará’.
Se exige adquirir conciencia de esta realidad para que nuestras universidades y empresas empiecen el proceso de preparación, capacitación de la mano de obra y captación del capital necesario para hacer las inversiones requeridas.