La pesadilla del covid-19 parece no terminar. Si bien es cierto que los avances con las vacunas brindan una esperanza para recobrar la normalidad, las últimas noticias sobre la pandemia no son buenas; la segunda ola ha sido muy fuerte en EE.UU., y en Europa volvieron los confinamientos y las cifras de contagios y muertos son aterradoras. Solo en EE.UU. registraron 260.000 casos y 3.800 muertos en un día. Como si no fuera suficiente, ahora llega una nueva cepa que surgió en Reino Unido; es un 70 % más contagiosa y está fuera de control, por eso les tocó retroceder a una cuarentena estricta. Ya los otros países comienzan a tomar medidas como cerrar los vuelos a este país para frenar su expansión.
En Colombia la situación no es menos grave. Esta semana se presentaron cifras record debido al relajamiento y al desorden de la gente que no tiene medidas de autocuidado y le perdieron el miedo al virus; 14.000 contagios al día es el punto de partida para la nueva ola que llegó y, como para variar, nos cogió desprevenidos otra vez, al igual que en Europa.
Si algo nos ha enseñado el covid-19 es que no se puede subestimar, menos en fechas como Navidad y Año Nuevo donde la gente se descuida aún más, sale a comprar, se va de viaje y las reuniones y la rumba terminan de acrecentar el problema. Ciudades como Barraquilla, Cúcuta Medellín, Cali y Bogotá, comienzan a mostrar datos en ascenso y con sistemas de UCI casi a tope.
El énfasis del Gobierno nacional ha sido una reactivación económica desordenada y ha dejado de lado las restricciones, que es lo único que frena los contagios. También se ha enfocado en una reforma tributaria para sacarle más impuestos a la gente para subsidiar los gastos de la pandemia. Vale la pena mencionar que es el único país de Latinoamérica que ha mencionado una reforma tributaria en plena crisis. Todos los días vemos a Duque en TV solo hablando de buenas noticias, como si pretendiera disimular la realidad; menos mal, después de mucha espera hizo el anuncio de las vacunas y afirma que llegarán 40 millones de dosis, pero todavía no hay aprobación del Invima, contrario a México, Chile, Panamá y Ecuador que sí tienen la anuencia de las entidades encargadas; tampoco dio fechas puntuales, y lo peor, no se sabe cuál será el mecanismo para que esas vacunas conserven la cadena de frío en camiones, aviones y centros refrigerados para que no se pierdan.
El escenario es complejo y amenaza la estabilidad mundial, por eso, debemos estar atentos, seguir las recomendaciones y pensar que aún no termina esta pesadilla del 2020 y que se extenderá hasta el 2021. Solo a mediados del próximo año, tal vez, se podrán responder muchas preguntas que están en el ambiente: ¿Cuánto tiempo inmuniza la vacuna? ¿Se extenderá la nueva cepa en todo el mundo? ¿Será que falta mucho tiempo para controlar la pandemia como lo afirma Bill Gates? ¿Cuánto aguantarán las economías de los países en este sube y baja? Los invito a no bajar la guardia. Les deseo a todos una Feliz Navidad y próspero Año Nuevo. Esta columna regresa en enero.