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Nuestros personajes pintorescos

Por: Julio Celedon
Al escuchar la bella canción “Nació mi poesía” de la autoría de Fernando Dangond, me doy cuenta de que no solo han desaparecido las cosas de nuestro legado cultural,  que el compositor añora y menciona en esta obra maestra de nuestro folclor, quizás por nuestros afanes e indiferencia ante los cambios que día a día vive nuestro ‘pueblo’  (escribo pueblo entre comillas precisamente por eso, porque nos convertimos en Ciudad y apenas nos estamos dando cuenta de esa gran realidad), sino que también se acabaron nuestros personajes realmente pintorescos, esos seres que parecían sacados de la fantasía o de la literatura, esas figuras que hoy solo vemos en televisión, ya nuestros ‘loquitos’ de provincia no existen, ya no hay ‘Carpas’ ni ‘Dañaos’, ni mucho menos ‘Nando comemuertas’ y los ‘Cabiroles’ no existen.
Estos fueron los personajes que mi generación díaramente vio deambular por las calles de mi Valle, estos seres de carne y hueso fueron parte fundamental de nuestro patrimonio cultural y ayudaron a enriquecer nuestra imaginación con sus ‘locuras’ y ‘arrebatos’, particularmente recuerdo a la ‘Carpa’ con su cuerpo desgarbado y su piel morena retostada por el sol, con sus vestidos multicolores, su cara atiborrada de maquillaje y su figura adornada con estrafalarios accesorios en ‘tecnicolor’ como argollas ‘gigantes’, pulseras y muchos collares, como si estuviera en el carnaval ‘Mardi Grass’ en Nueva Orleans, en donde la gente usa esos ‘guindarejos’ para disfrazarse, para quienes no la conocieron y para ser más ilustrativo; la ‘Carpa’ parecía más una matrona de la tribu Massai en África, que una señora provinciana, la evoco como hoy haciendo gala de sus ‘dotes’ de quiromántica, adivina o gitana, leyendo la línea de las manos para echar la suerte y después cobrar por sus servicios, también la recuerdo lavándose sus partes intimas en la pluma del jardín de mi casa, la ‘Carpa’ aunque tenía mal genio y a veces era bien vulgar diciendo palabras de grueso calibre, no era agresiva,  muy por el contrario, grandes y chicos gozábamos con sus ‘locuras’, en sus últimas apariciones en público se le veía muy callada y bastante parsimoniosa, ya se le notaban mucho los años.
Otro gran personaje fue Galvis Eleuterio Daza Vergara, a quien todo el mundo conocía como ‘El Dañao’, este señor fue mi amigo y hasta vecino, pues vivió un tiempo en la casa de la familia Meza Armenta, era un loquito bien sano, no se metía con nadie, conversador en exceso y un enfermizo admirador de los ricos de Colombia, especialmente de los de provincia, de quienes decía que estaban ‘dañaos’ por lo ‘podridos’ en plata que estaban, de allí deriva su sobrenombre.
Admiraba a Rafael Núñez y comentaba que había tenido tanto dinero que por eso era que su imagen estaba grabada en los billetes de cinco mil, del General Rojas Pinilla decía que no era de tres soles sino de cuatro porque el de arriba también era de su propiedad, también admiró mucho a su paisano Sanjuanero ‘Yin’ Daza de quien comentaba que tenía una biblioteca con casa y no una casa con biblioteca y a ‘Pipe’ Mattos que según él tenía cincuenta mil novillos de un solo color, en eso consistía su locura, en hablar de los millonarios, bañarse hasta cuatro veces al día gastándose un jabón en cada baño, ‘devorar’ libros viejos de historia, lavar la ropa diariamente así estuviera limpia, y tomar “pepsi cola” en exceso, la cual consumía por galones, en fin eran otras épocas y hasta en eso hemos cambiado, pues ya esos locos sanos se acabaron, a los ‘locos’ de ahora se les da por hacerle daño al prójimo a unos y por aspirar a la Alcaldía a otros.
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