Por: Indalecio Dangond Baquero
Es un orgullo para la Región Caribe, que dentro de los diez mejores alcaldes del país, cinco sean costeños. En la reciente encuesta de CM& y del Centro Nacional de Consultoría, los mejores índices de favorabilidad los tienen los alcaldes Alejandro Char, de Barranquilla (90%); Marcos Daniel Pineda, de Montería (80%), Judith Pinedo de Cartagena (70%), Jesús Antonio Paternina de Sincelejo (68%) y Luis Fabian Fernandez de Valledupar; también con el 68% de imagen favorable.
El resultado de esta encuesta, muestra una nueva clase de líderes comprometidos con el desarrollo social y económico de sus ciudades. Ellos en vez de maldecir la oscuridad, prendieron una vela, y en vez de estar quejándose y pensando en los enemigos del progreso, se concentraron en las numerosas cosas buenas que tienen y que pueden desarrollar, sin seguir esperando a que los gobiernos de turno les resuelvan todo. Ellos, simplemente, definieron una estrategia y la están ejecutando con éxito. Estas ciudades han cambiado notoriamente en los últimos cuatro años, ya son escasos los tugurios de casas de cartón y aguas negras en las calles. Las inversiones en cubrimiento de los servicios públicos y de urbanizaciones de interés social han tenido un gran impacto en la reducción de la pobreza y en el bienestar social de las familias humildes.
Para obtener estos resultados, seguramente estos alcaldes organizaron bien sus equipos de trabajo. El éxito de Lula en Brasil, fue precisamente haber contado con un grupo de colaboradores destacados, la inteligencia es contagiosa. Otra cualidad que he visto en común en estos mandatarios, es que tuvieron bien claro sus objetivos en los cuales concentraron la mayoría de sus energías y de su tiempo. Solo hay que recorrer las avenidas de sus ciudades para darse cuenta del cambio en el mejoramiento de la infraestructura vial, la organización del transporte, el mejoramiento de la calidad educativa y la prestación del servicio de salud. Lo mejor de todo, es que tienen bien claro lo que van hacer de aquí a diciembre.
Todos sabemos que recuperar la credibilidad de la gente después de 12 años de problemas de inseguridad y presión de los grupos al margen de la ley, corrupción e ineficiencia gerencial, no es cosa fácil. Lo que estos mandatarios han hecho, es romper esa vieja costumbre de la mediocridad y subordinación política, para establecer unos nuevos modelos de gestión empresarial pública. Aquí inicia una nueva era de administración con eficiencia y resultados. Los candidatos a suceder a estos líderes, saben que no hay chance para la improvisación y los malos manejos de los recursos públicos. Ya los electores aprendieron a revocar el poder a los mediocres y a denunciar ante los organismos de control a los corruptos. El voltaje de los indicadores de gestión está bien alto, un buen ejemplo de gestión y compromiso social que debe servir de guía para los futuros alcaldes.