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Nuestra preocupación ambiental

No cesaremos en el empeño de alertar a nuestros compatriotas y al mundo sobre los peligros y las costosas secuelas del mal manejo de los recursos naturales. La forma fatalmente improvidente en que estamos dilapidando los suelos, las aguas y los bosques colombianos compromete nuestra responsabilidad con las actuales y futura generaciones de este país y muy posiblemente con la de todo el planeta.

Ejemplo conspicuo de este equivocado proceder es el que se patentiza en la acelerada desertificación de casi todo los valles de Colombia y parroquialmente merece especial mención el del río Cesar. El mal uso de los suelos de la zona plana y la acción arrasadora sobre la serranía del Perijá y parte de la sierra Nevada, están disminuyendo de manera vertical las posibilidades de aprovechamiento económico de miles de kilómetros cuadrados.

Va nuestro fervoroso y angustioso llamado a toda la ciudadanía y en particular a las autoridades competentes para que ya mismo se haga algo a fin de contrarrestar el doloroso y vertiginoso proceso de destrucción de los valiosos recurso que cotidianamente tiene lugar en las montañas y los llanos del departamento del Cesar, que están apuntando a un desierto por los diferentes niveles de desertificación a que está sometido.

El proceso de aridificación a que está sometido el valle del Cesar amenaza con convertirlo en desierto.

Algunos afirman que este proceso es natural, lento, geológico e inevitable; sin embargo, hoy lo estamos acelerando a un ritmo tal, que muy pronto tendremos un verdadero desierto.

Para ellos revisemos algunos factores que aceleran la generación del desierto.
* Tala: Aunque no existen los bosques originales aún se tala intensamente la flora relictúal y los árboles aislados que bordean los potreros y los ríos: es que la motosierra mal utilizada es el mejor ejemplo de la tecnología en contra del futuro del hombre.
* Pésimas prácticas agrícolas: La maquinaria que se utiliza es exageradamente más poderosa y pesada en lo necesario; la quema de socas destruye el material orgánico rehabilitadora de las propiedades físicas y químicas del suelo; se prepara, o mejor, se pulveriza exageradamente el suelo; se ha eliminado la temporada de barbecho.
* Agroquímicos: El abuso de los agroquímicos está destruyendo el precario equilibrio ecológico del suelo y del ecosistema, con el agravante de que ya el hombre presenta sus síntomas en cuanto a salud y herencia.
* Salinización: El mal manejo de las aguas de riego donde lo hay permite que las sales del subsuelo afloren. Ya es muy frecuente observar las llamadas calvas, dispersas en los lotes sin nada de vegetación y hay veces invadidas de verdolagas, que es su mejor indicador.
* Sobre pastoreo: sobre carga de animales pastando.
* Erosión: características claramente y alarmantemente conocida.

Por: Hernán Maestre Martínez -Especializado en gestión ambiental

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