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“Nos podía pasar lo mismo que a Leopoldo López”

Desde los 17 años, Robert se ha destacado en la política de su país y trabaja desde afuera para volver a lo que un día fue venezuela.

Esta es la tercera entrega de la serie ‘Del otro lado de la frontera’ que semanalmente presenta el diario EL PILÓN. Se trata de un trabajo periodístico que busca visibilizar, explicar y contar a través de crónicas, reportajes, perfiles y entrevistas la situación de los migrantes venezolanos en Colombia a raíz de la crisis en ese país.

Robert José Fajardo tiene 24 años y desde que tiene uso de razón ha visto una Venezuela confrontada, con un alto nivel de violación de los derechos humanos y atropellos.

A pesar de su juventud, Robert fue asesor parlamentario en su país, como parte de su ejercicio político que inició a los 17 años de edad, cuando ingresó a la Universidad Central de Venezuela, donde estudió Derecho y se graduó de abogado.

Hoy pertenece a Acción Democrática, el partido más antiguo de Venezuela, con 74 años de creación, un partido social demócrata integrado a la Mesa de la Unidad Democrática MUD, la cual está constituida por 32 partidos y movimientos venezolanos que le hacen oposición a lo que ellos llaman “la dictadura de Maduro”.
A pesar del exilio, Robert no se aleja de la política y brinda asesorías a las juventudes del partido Cambio Radical a nivel nacional, además trabaja como asesor de ventas en un almacén del centro de Valledupar.
Este joven, al igual que la mayoría de los 2.500 venezolanos que se estiman están residenciados en Valledupar, sueña con volver a Venezuela, pero sin correr el riesgo de ser atacados con bombas lacrimógenas, perdigones, de ser arrestados, con la posibilidad de comprar libremente y de tener un país democrático.

¿Hace cuánto pertenece al partido Acción Democrática?
Desde hace tres años me vinculé al partido Acción Democrática en Venezuela, empecé como un integrante del partido y luego adquirí cargo nacional y lo tengo vigente hace un año; antes estuve en el partido primero justicia de Enrique Capriles. Este partido empezó hace más de 70 años con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y es uno de los pioneros en Venezuela.

¿Cuál es la ideología que caracteriza a los partidos que le hacen oposición al gobierno de Maduro?
La ideología de izquierda social demócrata establecida en la democracia del pueblo, hoy vienen trabajando inscritos en la Mesa de la Unidad Democrática MUD y realizan actividades diferentes enmarcadas en la constitución como la protesta pacífica, pero como la MUD que es un conjunto de Instituciones que le hace la oposición al partido de Nicolás Maduro.

¿Por qué dice que es necesario trabajar desde afuera por su país?
Vivimos un caos donde no se están respetando los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, a la alimentación; la educación que se está impartiendo es sesgada, enfocada en un estado chavista como el líder supremo de Venezuela, lo cual viola los derechos al libre pensamiento.

¿Cómo se manifiestan esos abusos en el derecho a la vida?
El Gobierno hace uso de la fuerza a la hora de reprimir las protestas pacíficas, como toda dictadura ha encarcelado a dirigentes políticos, la delincuencia está desbordada y tiene un cúmulo de circunstancias negativas.
En mi país diariamente están muriendo jóvenes en las protestas porque los militares disparan de forma directa los gases lacrimógenos, cuando es un arma de espanto ellos la usan para matar; son ajusticiados con disparos en la cabeza y están siendo juzgados en tribunales militares.
La inseguridad en las calles es resultado de la falta de oportunidades, los ladrones no sólo roban, sino que también matan.

¿Los ataques sólo son en las calles?
No, los militares también entran a las universidades y hacen allanamientos en las casas y de allí sacan a las personas y las juzgan y como si fuera poco, son llevadas a otro estado de Venezuela; es como si un militar del Batallón La Popa sacara a un estudiante de la UPC (Universidad Popular del Cesar) por hacer uso de la protesta como mecanismo de participación, se lo llevara para el batallón y allí lo juzgaran y lo mandaran para una cárcel de Bogotá.

En Colombia escuchamos que no hay comida en los estantes de supermercados y que de las largas colas para recibir alimentos por parte del estado. ¿Cómo se vive esta situación al interior de Venezuela?
La gente todavía no alcanza a dimensionar lo que pasa en Venezuela; cuando empezaron las expropiaciones con las que el Gobierno quitó propiedades a cualquier cantidad de venezolanos aunque demostraran que era una herencia o que era propio. Si al Gobierno le parecía, era del Estado; lo mismo pasó unos años después con las empresas públicas que pasaron a ser dirigidas por militares, quienes tienen un gran poder en el país y ellos emplearon a sus familiares y todos los altos mandos en Venezuela son militares, los mismos que están en las calles matando a los ciudadanos.
Es imposible que los militares estén a favor de los ciudadanos, porque para eso Chávez les dio poder, para que no se alzaran en contra del Gobierno y hoy son los primeros que comen, los que tienen vehículos sin ningún problema, los que tienen casas amobladas por el Estado y cuando llega la comida son los que la distribuyen a su manera.
Hoy los venezolanos para comer compran en el mercado negro a precios elevadísimos y si consiguen una cosa, no hallan otra; la leche salió de la canasta familiar, no se consigue y las nuevas generaciones no la conocen porque nunca la han consumido.

¿Qué se puede hacer desde la política para cambiar esta realidad de los venezolanos?
Estamos pegados al artículo 350 de Desobediencia Civil, totalmente legítimo. Las actividades son para promover que la calle y la dictadura reconozcan que hay una oposición que está atendiendo las necesidades de los venezolanos; hace unos meses se hicieron las elecciones parlamentarias donde ganó por mayoría la asamblea nacional de la oposición.

¿Cuál fue el resultado de la consulta popular?
Que los venezolanos pudieron tener un proceso político enmarcado en la democracia, queremos que Venezuela llegue a la libertad y los que tengan problemas con la justicia se pongan en paz porque es necesario reconstruirla nuevamente.
Con la consulta popular venezolana desarrollada en Valledupar, votaron sí, sí, sí, más de 1.800 personas, por lo que calculamos que en esta ciudad hay cerca de 2.500 venezolanos viviendo en diferentes condiciones de legalidad.

¿Por qué está en Colombia?
Por la persecución política que estaba afrontando en Venezuela, eso me obligó a tomar esta decisión. Ya la persecución llegaba hasta mi casa, amedrentaba a mis familiares y decidí dar el todo por el todo desde a fuera de Venezuela por mis amigos, mis familiares y todos aquellos ciudadanos que enfrentan la crisis política en la que nos embarcó esa dictadura.

¿Y su familia?
Una parte salió, por la misma persecución porque a cada rato nos allanaban la casa y la amenaza era que nos podía pasar lo mismo que a Leopoldo López, por nombrar a alguno de los presos políticos más representativos de Venezuela.

¿Y el gran número de venezolanos en Valledupar, qué papel juegan en este trabajo político desde afuera?
Hay mucho venezolano que ha entrado a Valledupar de forma ilegal, y eso entendemos que le hace daño la ciudadanía, pero yo estoy seguro de que las personas que han entrado ilegales no es porque quieren sino por la situación, por un Gobierno que al salir de Venezuela no le da un pasaporte para que puedan hacerlo legalmente, y lo que están buscando es una salida al caos que se vive en Venezuela a todas las agresiones de los derechos humanos y civiles que están a la orden del día en nuestro país.

¿Y qué pasará con esta gran población de venezolanos en Valledupar?
Todos esperamos que la situación de nuestro país cambie; mientras tanto hacemos esfuerzos para que se legalicen, que consigan un permiso de trabajo que entren legalmente a Colombia, que se les den las primeras ayudas como alojamiento, comida, documentación, eso es lo que brindamos.

¿Han tenido algún acercamiento con el gobierno departamental y municipal?
Estamos trabajando para llegarles al alcalde y al gobernador para hablar con ellos y legalizar los proyectos que tengamos, porque sin eso no podremos seguir adelante, pero seguimos en el mismo esmero, pero no ha sido fácil.

¿Qué es lo más difícil de ser migrante?
Afortunadamente yo logré conseguir la cédula colombiana porque mi mamá es barranquillera, pero lo más difícil es ser mirado de manera tan despectiva, el tener que huir de las autoridades porque te deportan como si fueras un delincuente y te mandan nuevamente para tu país y cada salida de Venezuela es muy costosa, la gente tiene que vender sus cosas para poder viajar por el cambio de la moneda.
Necesitamos que la gente comprenda que estamos aquí no por gusto, sino porque tenemos que buscar la manera de sobrevivir, de darle de comer a los hijos, de apartarlos de toda la inseguridad de Venezuela, porque en los hospitales no hay garantías, no hay medicamentos.

Por Adriana Palomo Molina

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