Por Rodolfo Quintero Romero
Fuimos testigos de un hecho sin precedentes en la rica evolución de nuestra cultura: el debut de la primera orquesta sinfónica juvenil en la historia de nuestra ciudad. Que es también, el inicio de la apropiación masiva, por parte de nuestro pueblo,de los instrumentos sinfónicos que le permitirán expresar, en un lenguaje más universal, las sentidas y alegres melodías de nuestro folclor.
Se invoca en esta memorable ocasión el espíritu tutelar de nuestros trovadores ausentes, los nombres legendarios de Francisco “El Hombre”, Abraham Maestre, Efraín Hernández, Chico Bolaños, Lorenzo Morales, Emiliano Zuleta, Tobías Enrique Pumarejo, Alejandro Durán, Colacho Mendoza, Fredy Molina, Octavio Daza, Armando Zabaleta, Luis Enrique Martínez, Hernando Marín, Rafael Escalona, y muchos, muchos más que sería imposible enumerar en este sublime instante.
A todos ellos nuestro perenne reconocimiento porque con susrecursos poéticosy talento musical sembraron en nuestros corazones el amor profundo a nuestra música y a nuestra tierra. Mil y mil gracias a todos ellos y a los numerosos y anónimos creadores de nuestro folclor. Sin su invaluable legado,esta noche de música e inspiración no sería posible.
Los precursores, los que desde hace muchos años vienen trabajando por la difusión de la música clásica en nuestro terruño, verán en unos momentos realizadas sus ilusiones. Sabemos que la emoción que hoy embarga a María Elena Castro Palmera, Rafael Fernández Padilla y Elisa Castro Palmera es enorme.
El proyecto de conformar un amplio movimiento sinfónico, incluyente y con enfoque de género, como base de la orquesta sinfónica juvenil de Valledupar,parte de reconocer la importancia de la música en la estructuración de una sociedad pacífica, amable y tolerante.
La educación musical, dada la disciplina y concentración que exige su práctica, fortalece las capacidades académicas y la autoestima de la juventud que la cultiva. Estudios rigurosos señalan su impacto positivo en la reducción de los niveles de violencia intrafamiliar, delincuencia juvenil, drogadicción y alcoholismo.
Nuestros jóvenes, con el dominio de los instrumentos sinfónicos podrán conocer e interpretar las obras más selectas de la música clásica ytendrán la oportunidad de desarrollar su talento musical ampliando sus posibilidades de expresión artística más allá de las fronteras impuestas porlos instrumentos de nuestra música vernácula: la caja, la guacharaca y el acordeón.
La orquesta tiene sus puertas abiertas a todas las niñas y niños de Valledupar, quienes tendrán un espacio, un lugar, en este movimiento, sin exclusiones distintas a las que el talento musical impone.Alegra saber que el cincuenta y cinco por ciento de los concertistas de esta noche son mujeres.
Bienvenidas las hijas e hijos de las familias desplazadas, de las víctimas de la violencia fratricida, de las etnias indígenas, de las comunidades afrocolombianas, de todos y cada uno de los estratos y clases sociales. Niñas y niños de todos los colores, gordos, flaquitos, altos, bajitos. Todos sin excepción son bienvenidos a probar sushabilidades musicales y a continuar su aprendizaje.
Como todas las empresas que tienen feliz suceso, este proyecto es un esfuerzo colectivo de muchas personas e instituciones. La primera de ellas, la Fundación Batuta, liderada por el maestro Juan Antonio Cuellar, a quien tenemos que agradecer la confianza absoluta en el buen suceso de esta idea; también han colaborado: la Fundación Pentagrama,la Fundación Carboandes, la Alianza Francesa, la Casa de la Cultura, y los colegios Santa Fe, Hispanoamericano,Windsor, Milciades Cantillo, Técnico La Esperanza y Joaquín Ochoa.
Desde antes de su posesión, el alcalde Fredys Socarrás Reales, expresó su deseo de apoyar sin vacilaciones este proyecto. Hoy cumple su promesa al firmar, con la Fundación Batuta, el Convenio Marco de Asociación para el fortalecimiento de los procesos sinfónicos en Valledupar; de esta manera se garantiza su sostenibilidad financiera en los próximos tres años.
Las niñas y niños que hoy hacen su debut, merecen el más grande reconocimiento y la más sincera admiración por el esfuerzo y dedicación que han mostrado en los ensayos, a sabiendas de los cotidianos deberes escolares y el deseo legítimo de salir al parque a jugar con sus amigos. Alos padres de familiaextendemos nuestra gratitud, sobre todo a las mamás, sin cuyo abnegado y amoroso estímulo hubiese sido imposible hacer realidad este sueño.
La dirección de la orquesta sinfónica juvenil estará a cargo del maestro Diego Rivero Galvis; mientras que el coro y la pre-orquesta sinfónica, serán dirigidas por Sandra Navarro Rodríguez y Lisette Barrios Polo, respectivamente. Los tres han desarrollado un excelente trabajo en estos meses.
En esa noche mágica del debut de la Sinfónica, se siente el eco lejano del encuentro feliz de una gaita chimila y un tambor africano, con el verso pícaro de un trovador andaluz…