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No vendamos nuestras tierras

MEDIO AMBIENTE

Segunda parte

Por: Hernán Maestre Martínez*

Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia.  Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar.  Hagamos causa común para que el Embalse  Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.

Los colombianos debemos estar alerta junto a nuestro gobierno nacional incluidos por supuesto los señores parlamentarios. El papel de los gobiernos en estas adquisiciones varía. En algunos casos, corporaciones de propiedad del gobierno adquieren las tierras; en otros son entidades privadas las compradoras, con el gobierno de su país, que utilizan contratos diplomáticos para lograr un acuerdo favorable a los inversionistas. ¿Será que en el departamento del Cesar se habrán obtenido tierras bajo estas figuras?
Los países que adquieren son principalmente aquellos cuya población ha excedido el límite de sus recursos de agua y tierra. Entre ellos se encuentra Arabia Saudita, Corea del Sur, China, Emiratos Árabes Unidos. Por ejemplo, Arabia Saudita busca comprar o arrendar tierras en por lo menos 11 países incluyendo Brasil.
Hay que recalcar que una característica de la adquisición de tierras es que implica adquisición de agua. Esta nueva forma de lograr seguridad alimentaria y sembrar palma para producción de biodiesel, presenta interrogantes sobre sus efectos en el empleo. Por lo menos China y Corea del Sur, planean llevar en algunos casos, sus propios trabajadores.
Otro tema de preocupación de muchas de estas inversiones (compra de tierras) es que se llevan a cabo en países como Indonesia y Brasil en donde expandir las tierras cultivables significa talar bosque tropical que elimina grandes productores de oxígeno. Lo anterior puede incrementar en forma significativa las emisiones globales de carbono y consecuencialmente aumento de las amenazas del clima o la seguridad alimentaria mundial. Algunos países, entre ellos Japón, y otros organismos de carácter internacional, han sugerido la necesidad de un código para las inversiones que regule los acuerdos de adquisición de tierras. Un código que respete los derechos de las personas que viven en los países donde se hacen estas adquisiciones, así como los derechos de los inversionistas; desde ya podemos decir que el Banco Mundial y la Organización Mundial para los Alimentos y la Agricultura de Naciones Unidas están trabajando en algunos borradores de este código de conducta.
La creciente inseguridad alimentaria está llevando a una nueva geopolítica de escasez de alimentos en la cual la competencia por los recursos del agua y la tierra va más allá de las fronteras nacionales. La mayoría de las adquisiciones se da en países con hambre y escasez de tierras dejando menos áreas para producir alimentos para sus habitantes. El riesgo es que aumentará el hambre y la inestabilidad política llevando a que haya más estados fallidos. Nosotros aquí en Colombia no podemos contribuir con la extranjerización de la tierra, aunque parece que ya esto está sucediendo en nuestra  Orinoquía. Tampoco podemos hacer lo que hizo Brasil en su momento que derrumbó inmensas cantidades de reservas de la selva de la Amazonía para ampliar su frontera agrícola, con el apetito de ser un gran productor de cereales.
Ahora, por el contrario, o para subsanar su grave error están proponiendo comprar  masivamente tierras en Colombia y a la vez presentando proyectos para prohibir la extranjerización de su territorio.
Tengamos los ojos despiertos y los oídos aguzados para que controlemos estas perversas figuras que en nada favorecen a la agricultura colombiana; por el contrario, contribuyen con mayor destrucción ecológica y emisión de CO2 al medio ambiente con el consecuente calentamiento global.

NOTA BREVE:
Hay que controlar a los carromuleros que botan escombros en cualquier lugar de la ciudad.

Especialista en Gestión Ambiental.*

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