Si no existiera ese grupo de hombres y mujeres que en Valledupar han luchado para que no muera la iniciativa de tener la Academia de Historia del Cesar vigente, hoy no tendríamos nada qué celebrar en el Día Nacional de los Archivos.
Ni el comején que ha amenazado con comerse los libros que guardan la historia del Cesar y Valledupar, menos la desidia de los gobernantes de la ciudad y el departamento, y la indiferencia de la academia, han podido acabarlo.
Hoy no hay que olvidar que la Academia de Historia del Cesar existe, que se debe fortalecer y ahora más, cuando estamos en tiempos de reconciliación y paz, donde lo primero que se necesita es hacer memoria.
Desde esta semana la Academia ha estado de puertas abiertas con la exposición de todos los diarios que han existido en la región, y hoy las tendrá igual, para que todos los que quieran conocer la historia puedan hacerse una idea de cómo era esta región y lo que ha vivido.
Aunque ya hay anuncios para fortalecer la Academia de Historia de parte de la Alcaldía de Valledupar, especialmente en su infraestructura, esta es una empresa que debe recibir todo el acompañamiento de la institucionalidad.
Se destaca la vinculación en esta oportunidad, del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, con la instalación de una muestra con distintas publicaciones como los Mapas de Ruta, Mapas Turísticos de las capitales de los departamentos colombianos, Mapas Departamentales y Textos sobre Estudios de Suelos.
Hoy es visible porque fue el Archivo General de la Nación el que promovió en todo el país el Primer Encuentro de Memorias Históricas, denominado de ‘Puertas Abiertas’ en conmemoración del Día Nacional de los Archivos. Pero en el resto del año, la Academia se queda sola, nada más siguen los ‘quijotes’ que cuidan de ella y la defienden.
No podemos seguir sin memoria. El reducido grupo de personas que siguen trabajando para que la Academia sea una organización con fuerza, se le deben unir más ciudadanos que ayuden a empujar al mismo lado: a tener memoria.