Primera Piedra, La Muchachita, Creciente, Los Maestros y Los Girasoles son las manzanas que conforman la urbanización Nando Marín, en el sur de Valledupar. Un complejo habitacional conformado por 1.900 apartamentos de 45.65 metros cuadrados cada uno, que cuentan con sala comedor, balcón, tres habitaciones y un baño.
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En estos pequeños espacios, en algunos casos, habitan hasta dos o tres familias, que en su mayoría viven del ‘rebusque’ o el ‘día a día’. Allí encuentran el sustento diario.
Estos apartamentos fueron entregados gratuitamente a personas víctimas del conflicto armado, desplazados de sus territorios a causa de la violencia.
En el 2015, cientos de familias recibieron del entonces alcalde Fredys Socarrás Reales las llaves de lo que sería su nuevo hogar, mediante un programa de vivienda del Gobierno nacional. Hasta ese momento todo ‘pintaba’ bien.
Sin embargo, con el pasar de los años los problemas empezaron, principalmente de convivencia, ya que muchas de las personas nunca habían habitado en lugares como este, donde el techo de uno es el piso del otro.
Es por ello que en la manzana Los Girasoles decidieron darle un verdadero cambio a sus vidas y la manera de convivir el uno con el otro. Los vecinos de las 12 torres, en total 240 apartamentos, optaron por crear una propiedad horizontal y de esta manera han logrado estar más organizados.
“AQUÍ HAY PERSONAS PREPARADAS”
En octubre de 2019 crearon una administración y con esto llegaron otros beneficios, como lo es un circuito de vigilancia a través de cámaras de seguridad, vigilantes comunitarios, aseadoras, alarmas comunitarias con botón de pánico y encerramiento total de la manzana con un portero durante las 24 horas del día. Esto les ha permitido llevar un día a día más seguro.
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La administradora de esta manzana es Mercy Arias Maestre. Cuenta que su mayor preocupación es el estigma que pesa sobre el barrio. “En todas partes hay delincuencia, la capital del país es muestra de ello. En los barrios altos de Valledupar también existe la delincuencia. Desde Nando Marín le tenemos que decir a todo el Cesar, incluso al país, que no todas las personas somos malas, aquí hay personas preparadas, profesionales, que trabajan para sacar adelante nuestro sector. Esto no es el terror de las comunas, aquí se puede entrar sin miedo y sin temor”, destacó la líder comunal.
Indicó que la iniciativa de organizar el encerramiento total de la manzana fue de todos los vecinos en procura de tener más seguridad y saber quién entra y quién sale. El circuito de vigilancia con 16 cámaras y un monitor ha sido su gran aliado.
“Esta es una de las manzanas que está totalmente cerrada, para el portón principal se hizo una rifa con todo los vecinos y así tuvimos los recursos. Tenemos vigilancia comunitaria para tener un control, aquí dentro de la manzana no se ven consumidores de droga, sí tenemos ese flagelo, pero lo hacen por fuera. Tenemos 4 vigilantes comunitarios, con turnos de 12 horas y aparte una persona que monitorea las cámaras; cuando se presenta una dificultad tenemos alarmas comunitarias con botón de pánico y cuando sucede algo se activa, acudimos al llamado y nos respaldamos los unos a los otros”, explicó Arias Maestre.
Igualmente destacó que al convertirse en propiedad horizontal han ido socializando el manual de convivencia para contrarrestar los problemas entre vecinos, principalmente por el alto volumen de la música durante los fines de semana. También la importancia del autocuidado frente al virus del covid-19, “gracias a Dios acá no ha fallecido nadie a causa de la pandemia, se ha sabido sobrellevar la situación y muchos se han hecho los tratamientos en casa con plantas medicinales porque no todos tienen cómo acudir a los servicios médicos”.
OTRAS MANZANAS TOMAN EJEMPLO
En el centro de la manzana Los Girasoles está ubicado un parque infantil y el salón comunal, donde las personas de la tercera edad realizan actividades lúdicas y también reciben alimentación. En uno de los apartamentos del primer piso está la tienda de víveres donde rara vez no hay algún vecino realizando alguna compra. También se ven niños jugando por las áreas comunes y se ‘respira’ un ambiente de tranquilidad.
Allí habitan personas que se dedican a trabajar de mototaxistas, taxistas, empleadas domésticas, vendedores ambulantes, albañiles, y uno que otros goza de un empleo formal.
Una de las primeras residentes de Los Girasoles fue Dulys María Romero. “Es una de las mejores manzanas en organización. Nosotros mismos buscamos organizarnos para vivir mejor, que estemos en el sur de la ciudad no quiere decir que somos los malos, acá todos luchamos y queremos seguir progresando. Sí nos falta mejorar muchas cosas, pero hemos dado un gran paso y somos un ejemplo para las demás manzanas, porque ya se están organizando para hacer lo mismo”, refirió Romero.
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Al mismo tiempo, hizo un llamado a las autoridades para que instalen un CAI de la Policía y que sea permanente, de esta manera, dice, podrían estar más seguros.
Cabe señalar que recientemente la Secretaría de Gobierno de Valledupar, junto a la fuerza pública, sostuvo una reunión con los líderes comunales de este sector, ya que denunciaron que estaban siendo víctimas de amenazas de delincuentes.
Frente a esto el secretario de Gobierno municipal, Luis Galvis, indicó que se recibieron todas las denuncias y se le dieron traslado a la Fiscalía General de la Nación para iniciar una investigación.
POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN.