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No sean tan tercos

Beto Herazo y yo somos los columnistas que más nos ocupamos de los problemas del Valle, con buenos y rápidos resultados a veces y otras bueno pero demorados.

Hoy voy a pedirle al señor Alcalde Tuto Uhía sobre algo en lo cual le he insistido varias veces, no sin antes reconocerle la buena labor que viene desarrollando en el embellecimiento de la ciudad y el bienestar de sus moradores con obras emblemáticas y de gran importancia. Son muchas, se están viendo y merecen el aplauso y reconocimiento, pero, ahí viene el desagradable pero ¿qué se hace con haber “cogido” más de 4.000 huecos, leí alguna vez en todos los barrios y la situación de las principales vías es la misma? Me explico: si yo tengo una tinaja con varios huecos y la reparo, pero le dejo un huequito, no he hecho nada, el agua se sigue saliendo. Eso sucede con las vías más importantes como la 9ª, la 7ª. La 17 y las 12, reparadas parcialmente pero con la huecamente que tienen parece que no le han hecho nada, cuando si le han hecho; señor Alcalde, señor Secretario de Obras Públicas, mi estimado amigo Juan Pablo Morón, por el sistema barato, el de reparcheo, hagan felices a los conductores de carros, motos, bicicletas y peatones terminen la labor de cirugía de esas vías, no sea tan tercos, háganme caso.

Otra cosita, también imitando a Beto Herazo: los árboles, como los animales y humanos, sienten dolor pero a diferencia del perro que muerde o el burro que patea cuando lo maltratan o los humanos que damos trompadas, patadas y mordiscos y en caso extremos tiros y puñaladas, no pueden hacer nada cuando los hieren mutilando sus ramas y raíces y se defienden enfermándose y muriéndose. Eso va a pasar, si no los curan con los árboles que en la carrera 11 entre calles 9 y 10 fueron talados, que no podados y sus heridas no han sido curadas, máxime cuando fueron producidas con motosierra, que está probado, que acaban con los árboles y para corroborarlo ahí están los cauchos en la Avenida Simón Bolívar, convertida en un horrible cementerio cuando antes nos llenábamos de orgullo al mostrárselos al visitante tal como me pasó a mí cuando en alguna oportunidad me paseaba en la ciudad con el Doctor Roberto Gerlein y me exclamó entre sorprendido y confuso: “¡Nojoda!, cipote de aire acondicionado tienen ustedes ojalá en Barranquilla reemplacen ese pocón de palmas que no producen fresco por árboles de los que ustedes tienen”, Parece ser que esa premonición del Doctor Gerlein se está cumpliendo, porque las palmas en Barranquilla están desapareciendo y son reemplazadas por bellos, frondosos y fructíferos mangos u otras especies de hoja ancha.

Otra cosita, en la calle 12 con carrera 11 la tapa del alcantarillado o no sé de qué cosa se ha levantado en forma muy peligrosa. Sería conveniente que Emdupar permanentemente pusiera un empleado para que revisara las anomalías que día a día en esta materia se presentan y así evitar accidentes de pronto mortales.

Por José Aponte Martínez

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