Carlos Holmes Trujillo fue uno de los tres precandidatos presidenciales del uribismo en el 2013, pero la Convención de Centro Democrático eligió a Óscar Iván Zuluaga. En febrero de 2014 Zuluaga escogió a Trujillo como su fórmula vicepresidencial.
Holmes Trujillo respondió a algunos interrogantes del acuerdo de paz y sobre la corrupción que ha tocado todas las esferas sociales del país.
Se termina un ciclo con los acuerdos de paz y las zonas veredales, ¿qué cree que viene para el país?
Estoy muy preocupado por la manera como se condujo el acuerdo y la forma como concilió el presidente Santos con Timochenko, en cuanto al proceso de implementación y las dificultades que ese texto le va a generar al país, por esa razón estoy diciendo que mantendré lo bueno del proceso de paz y eliminaré lo que no le conviene al país. Es malo que el acuerdo haga parte de la Constitución, es malo que como parte del acuerdo se ponga en riesgo la propiedad privada; hay que cambiarlo.
La Jurisdicción Especial para la Paz es mala porque pondrá en riesgo a agricultores, comerciantes, ganaderos, empresarios y muchos ciudadanos de bien que han sido víctimas y no victimarios por la manera como puede llegar actuar esa jurisdicción en virtud de la creación de un tribunal con carácter y características propias de un tribunal político revanchista.
Es malo que el narcotráfico se considere un delito conexo político y hay que impedirlo.
¿De llegar a ser presidente y si aún no se han concluido los diálogos con el ELN cuáles serían sus decisiones para llegar a un acuerdo?
Es importante que tengamos un país sin guerra, es cuestión de tener en cuenta las experiencias del pasado para saber qué es lo que le da equidad al país.
En estos momentos pareciera que no hay ni uribistas ni santistas, hoy lo que se observa es una puja por demostrar quién es más corrupto, ¿usted aplica ese modelo para hacer política?
Los hechos de corrupción que se están conociendo no son para hacer politiquería, lo que planteo es una estrategia de lucha contra la corrupción y ya es hora de que el país cambio no sólo la manera como es percibido, sino la cultura corrupta de toda la sociedad.
Para ello planteo la creación de una autoridad nueva con músculo político que lidere la estrategia, poner en marcha un movimiento cívico ciudadano y cultural que cambie esa condición de corrupción, poner en marcha medidas prácticas que disuadan por la vergüenza para que esa vergüenza familiar social impacte y la gente no delinca sin temor.
No es justo que los funcionarios corruptos terminen siendo los sastres de la administración públicas con licitaciones, deben existir inhabilidades permanentes y que los malos administradores del país sean condenados por corrupción.
¿Importantes recursos de regalías en el departamento del Cesar se encuentran invertidas en obran no terminadas, qué haría para tener una mejor destinación de estos recursos?
Hay que cambiar la decisión que tomó el Gobierno con las regalías, dejó a las regiones productoras con el problema y sin recursos. Me propondré a conseguir que lleguen y planteo el Fondo Sembrar para que con esos recursos se financien proyectos de desarrollo.
¿Si llegara al Gobierno que va a pasar con esa justicia permisiva envuelta en un círculo que condena y deja libre a los delincuentes?
Colombia necesita urgente una reforma integral a la justicia, para que los presuntos por los que los colombianos reclaman que no haya impunidad, sean acelerados y judicializados, la reforma que debe ponerse en marcha contempla la creación de 60 cárceles porque no tiene sentido que se incumplan las leyes.
Todo eso debe hacer parte de la reforma a la justicia del sistema para la elección de los magistrados, yo he planteado que durante de un periodo académico las facultades se dediquen a un programa de mejoramiento y actualización de miembros de la rama.
Perfil
Carlos Holmes Trujillo tiene muchos años poniendo su nombre a consideración de gobiernos; es abogado de la Universidad del Cauca, con especialización en Derecho Penal y Criminología y tiene una maestría en Negocios Internacionales de la Universidad Sofía de Tokio, que realizó mientras era diplomático en Japón.
Su primer cargo público fue como cónsul y encargado de negocios en la embajada colombiana en Tokio entre 1976 y 1982, periodo que corresponde a los gobiernos de Alfonso López Michelsen y de Julio César Turbay.
Regresó a Cali en 1983 para ser Secretario de Hacienda del alcalde Julio Riascos y luego presidente de Fedemetal, el gremio metalúrgico entre 1983 y 1995.
Por Adriana Palomo Molina