Los proyectos de ciudad son procesos en los que todos los ciudadanos debemos involucrarnos, y tener conciencia de las dificultades que implican los cambios encaminados al logro de propósitos colectivos.
Valledupar está viviendo la experiencia de un nuevo servicio de transporte público masivo, una apuesta tanto de los gobiernos local y departamental como del Gobierno nacional, a través del Ministerio de Transporte. Eso indica que estamos frente a un proyecto de considerable dimensión.
Es entendible que ante un proyecto tan complejo surjan inconvenientes y una que otra falencia en su periodo de inicio y adaptación, eso está dentro de los márgenes de la lógica natural, lo que no podemos es volvernos pesimistas radicales frente a la prestación de un servicio que todavía está en fase de prueba y ajustes.
Por supuesto que hay muchos aspectos por revisar y mejorar de manera rigurosa, eso es una verdad de Perogrullo, pero también es cierto que de todos los ciudadanos depende que el proyecto avance para el bien de una ciudad como Valledupar que comienza la senda de las capitales en vía de modernización; con atractivos turísticos también.
Independiente de esos aspectos técnicos, los reparos que haya habido a la contratación, que podrían ser censurables en un escenario de órganos de control o judiciales, o las diferencias con la clase y hegemonía política del departamento y su manejo carente de transparencia, la ciudadanía es la gran beneficiaria, – y eso lo entendió el gobierno del presidente Gustavo Petro al darle su respaldo y continuar el proceso iniciado en el 2010. Por apoyar el sistema no se está legitimando a ninguna casta política.
Claro, sin perder de vista la función de veeduría ciudadana y de control social, todos debemos arropar el sistema como nuestro, rigurosos para exigir, pero también dispuestos ciento por ciento para aportar. Porque esos buses no son de la gerencia, el gobernador o el alcalde sino de nosotros los vallenatos. Y para ser prácticos, el sistema, sus buses y mañana su amoblamiento, paraderos y patiotalleres por construir están para ser cuidados para nuestro servicio.
Consideramos que todas las críticas al proyecto deben ser bien recibidas en pro de su mejoramiento, esa es una labor válida de todo buen ciudadano, pero no compartimos esa proliferación agresiva de adjetivos descalificadores sobre las personas, que sobrepasan la necesaria ponderación frente a un asunto muy serio. No es sano para Valledupar, ciudad que ha sido cívica, generar un ambiente en el que se corra el riesgo de satanizar una iniciativa de gran contenido social, cultural, económico, urbanístico, entre muchos más. Después hablaremos de lo que debería hacer el Siva para generar confianza. Nada de triunfalismo y más humildad.
El desarrollo será progresivo y las nuevas rutas irán entrando semana a semana. Y veremos que en el balance será mucho mejor cada día. ¡No perdamos la ruta!