Quedé confundido con todos los últimos acontecimientos: el vertiginoso incremento de la corrupción regional en el país. Se trata de un flagelo enquistado en buena parte del territorio nacional y cuyos tentáculos ha contaminado la contratación a todo nivel.
De frente a tan escabroso panorama no toca más que sellar un pacto nacional encaminado a erradicar de una vez por todas aquellas prácticas que conducen a la corrupción. Pero mientras el Gobierno no dé el ejemplo, va a ser muy difícil acabar con este flagelo. Mientras la “mermelada” se reparta en contratos sugeridos por los caciques y que incluyen una buena tajada de robo, es un claro ejemplo de lo que está pasando, cosa que nos cabrea y disgusta y la corrupción seguirá haciendo estragos.
Caramba ¿qué nos está pasando? Todos los días leo en la prensa local y nacional: alcaldes detenidos, magistrados cuestionados, funcionarios robando. ¿Será que no le temen a la cárcel? ¿Será que no respetan a la familia, a sus hijos, a la sociedad? Por favor, basta ya.
¿Por qué no seleccionan a los funcionarios más idóneos, con las mejores hojas de vida, más probos, más pulcros, aquellos que no han tenido rabo de paja, para ocupar las altas posiciones, o será que estos también se dejan corromper por el dinero que en muchos casos se ha visto?
Siempre he tenido conocimiento que muchos funcionarios entran muy pobres a las administraciones y al poco rato están comprando casas, fincas, ganado, carros para ellos y lujos y finalmente hacen solicitud para que sus hijos entren al Colegio La Sierra o Bilingüe y al mismo tiempo hacen solicitud para hacerse socios del Club Valledupar como si esto fuera fácil. Por eso tenemos que moralizar a los jóvenes desde niños y finalmente quisiera preguntar: ¿A estos señores corruptos quién los educa? ¿A quién cargarle la responsabilidad de sus desmanes?
¿Dónde estudiaron? ¿Quiénes son sus padres? Por favor dejen de robar y pedir el 30 % anticipado.
La corrupción está en todo el territorio nacional, pero me preocupa la de mi pueblo y como aquí hay muchos corruptos, siempre me he hecho la siguiente pregunta: ¿Qué lleva a un funcionario o un gran profesional de prestigio, buen sueldo, un alto cargo y reconocimiento público al soborno, a las “mordidas”, a la “mermelada”. Yo conozco a muchos de ellos aquí en esta tierra que trocan con los comportamientos éticos por acciones perversas y corruptas. Aquí tenemos a muchos asolapados. Ustedes saben quiénes son.
Para estos personajes sería bueno y útil aplicarle la psicoterapia individual o bien sea, una medida correccional. Las sanciones para estos funcionarios deberían ser permanentes o largas (no domiciliarias) y que nunca más se acerquen a las arcas del Estado, por ejemplo, porque si los vuelven a nombrar, vuelven a meter la mano. Abajo la corrupción.
POSTDATA: Que viva el Nuevo Código de Policía. El lunes 30 de enero entró en vigencia. Nos traerá seguridad, tranquilidad, el goce y la relación sostenible con el medio ambiente y la salud pública. Afortunadamente ya no se permitirá tanta vagabundería como: orinar en las calles, altoparlantes a todo volumen, riñas, perros sin bozales en las calles, fiestas escandalosas y si no se acogen a la convivencia ciudadana, aténganse a las multas que les vienen para encima.