A propósito del reciente foro ambiental por el río Guatapurí, que ampliamente difundió EL PILÓN, cuyo noble propósito vale la pena apoyar porque abre un nuevo camino entre los sectores público y privado en beneficio de la cuenca, hoy es necesario hacer visible el crítico estado del balneario Hurtado, uno de los lugares más conocidos y visitados de este río.
En este balneario confluyen todas los sectores sociales de Valledupar, es el punto de convergencia de una comunidad que no cuenta con mayores atractivos para la diversión familiar, tal como lo indica la Encuesta de Percepción Ciudadana del Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ 2012, que evidenció que el 42% de los vallenatos, el sitio al que más acuden en busca de distracción es el río Guatapurí, siguiéndole en su orden visitas a centros comerciales.
Es una realidad. No hay más sitios que ofrezcan diversión. En el balneario Hurtado está el Parque Lineal, un sitio que ofrece un panorama ambiental pacífico y lleno de paz; el parque del Helado que padece el abandono institucional y la ribera del río Guatapurí donde la mayoría de sus visitantes, propios y foráneos, se deleitan con un baño en las aguas frías del Guatapurí. Hasta ahí todo bien. Pero este es un panorama que sólo puede apreciarse y disfrutarse bien temprano en la mañana, porque luego los vendedores que se extienden desde el Parque Lineal hasta el Pueblito Vallenato, algo más de tres kilómetros, llegan con su andamiaje comercial, que incluye además de la venta de alcohol, música a todo volumen que emiten desde sus equipos de sonido o pick-up, que enrarecen el tranquilo sitio, y se convierte en una caseta.
A pesar que se han hecho campañas para disminuir la contaminación ambiental, no se ha logrado mucho y por el contrario parece aumentar cada día, especialmente los fines de semana, cuando el balneario Hurtado parece un mercado persa. La misma encuesta de Percepción Ciudadana indica que el 33% de los vallenatos opina que uno de los tres problemas que afectan el medio ambiente en Valledupar es el alto nivel de ruido en la ciudad.
En ese sentido, no hay tranquilidad en el balneario Hurtado, y peor aún no hay autoridad que pueda controlar esta situación. Seguramente, si se logran unos niveles equilibrados de ruido, porque obviamente muchos de sus visitantes van en busca de música; si se organizan a los vendedores y la venta de licor; se activa por fin el parque del Helado, los vallenatos disfrutarían más de su único y hermoso sitio de diversión. Les corresponde a las autoridades, junto con los vendedores y todas aquellas instituciones interesadas en trabajar a favor del medio ambiente y la sana diversión, trabajar para cumplir este reto. Seguro que si se puede.