Elías Pacheco, el taxista que sufrió la amputación de su pierna derecha tras ser atropellado por un vehículo en la calle 44 de Valledupar, habló por primera vez desde aquel trágico accidente ocurrido el pasado 17 de julio.
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Desde la sede de Medicina Legal en la capital del Cesar, hasta donde llegó para realizarse una valoración física, el hombre de 60 años pidió que se haga justicia y que quienes ocasionaron el siniestro respondan por el grave daño causado.
“Que respondan por el daño, que no quede como cuando atropellan a un perro en la calle, que queda ahí tirado. A los que me accidentaron, que respondan, no fue un animal al que atropellaron”, dijo Pacheco.
Las declaraciones se dan luego que familiares del conductor del vehículo particular manifestaran que la culpa era “compartida” y que Pacheco estaba mal parqueado. Así lo aseguró Wilman González Verona, abogado de Pacheco, quien hizo la revelación tras un acercamiento con los familiares del “presuntamente responsable del siniestro”.
“La familia quiere cambiar la versión, por eso invitamos a los medios y hacemos una denuncia pública para que la Policía y los entes investigativos estén al tanto de la situación y no cambien la primera versión, que es la correcta. El señor Pacheco estaba bien estacionado (…) no como los familiares quieren cambiar la versión y decir que estaba mal parqueado. Es un hecho notorio que la responsabilidad del siniestro fue a causa del muchacho”, señaló el jurista quien reveló además que la investigación ya está en curso en la Fiscalía.
El abogado que defiende los intereses de Pacheco se encuentra recaudando material probatorio para anexar a la investigación que inició la Fiscalía por el delito de lesiones personales culposas. Este medio intentó establecer contacto con el apoderado de la parte señalada pero no fue posible la comunicación.
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Así mismo, Julio Domínguez, presidente del sindicato de taxistas de Valledupar, aseguró que desde el primer momento brindaron apoyo y estuvieron cerca de la familia de don Elías y también hizo un llamado a la Fiscalía y a la justicia colombiana porque, según él, “no es posible que dejemos desvirtuar una situación donde claramente no tienen como ellos desvirtuar la responsabilidad de la persona que venía conduciendo ese vehículo”. “Nuestro compañero taxista estaba en cumplimiento de su labor y totalmente orillado en la derecha, recogiendo su servicio”, reitera Domínguez.
‘NO MÁS SENTÍ EL TANGANAZO’: ELÍAS
El día de los hechos, la mañana del lunes 17 de julio, Pacheco Lindarte recogió una pasajera en la calle 44 y, en una actitud servicial, se bajó del vehículo para ayudar a subir la maleta de su clienta, con tan mala suerte que fue arrollado por un vehículo Mazda, de color negro, que se desplazaba a gran velocidad. “No más sentí fue el tanganazo, ahí no me acuerdo de más nada”, relató Pacheco.
En la clínica permaneció dos días luchando por su vida sin saber que había perdido una pierna. Cuando despertó, el médico de turno le informó sobre la amputación de su miembro inferior derecho. “Me dijo: ‘mírese la pierna’. Cuando yo veo los chorros de sangre; se me fue todo, no volví a sentir hasta el otro día”, recuerda Pacheco.
‘ES UN DAÑO MUY GRANDE’: HIJA DE ELÍAS
Julieth, hija de Elías Pacheco, también implora ayuda en este momento difícil para su familia y pide que los causantes respondan por lo que han hecho. “Es un daño muy grande, que nos ayuden, porque la verdad estamos pasando por un momento muy difícil. Supuestamente la contraparte, el abogado de ellos, lo que dijo es que mi papá estaba mal parqueado, (pero) venía en una velocidad que nadie reacciona a esa velocidad”, señaló.
También manifiesta la descendiente de Elías que, desde el punto de vista psicológico, “es demasiado difícil asimilar que uno perdió un miembro de su cuerpo, tenemos que estar muy pendientes de él porque él quiere a veces pararse, valerse por sí solo, pero no puede”.
De sus 60 años de vida, Elías Pacheco ha pasado 33 de ellos como miembro de la ‘mancha amarilla’, y aún con la dificultad actual quiere seguir adelante. “Para como quedé, gracias a Dios que estoy contando con la vida, con una pierna mocha pero ahí vamos luchando. Si Dios me ayuda, seguiré trabajando, porque del resto de qué me voy a mantener”.
POR: REDACCIÓN/ EL PILÓN.