Actualmente, en el Congreso colombiano cursa un proyecto de ley que busca prohibir el castigo físico a los niños, niñas y adolescentes. Ojalá dicho proyecto sea aprobado sin desatinos como suele recurrir en tan criticado parlamento, precisamente por sus frecuentes tergiversaciones.
Personalmente, nunca he sido partidario del castigo físico a nadie y mucho menos a los niños, porque no conlleva a ningún beneficio y además siempre genera resentimientos indelebles a quienes los reciben, aunque las acciones cometidas los merezcan.
Lo que quiero advertir es que, con el castigo físico no se corrigen las equivocaciones de la humanidad, tampoco su mal comportamiento. En realidad, el castigo físico es promotor de miedo y animadversión, siendo más aberrante el castigo físico a los niños, porque además del dolor corporal también se les produce trauma psicológico con el agravante de la potencial introyección que, algunas víctimas, en ocasiones la manifiestan en otras personas muy allegadas; a menudo son los hijos y familiares de quienes han recibido castigos físicos reiterativos, esto en psicología se conoce como proyección.
En consecuencia, a los niños, niñas y adolescentes hay que educarlos y formarlos sin castigos físicos, para esto, en todos los errores y anomalías que cometan se les debe llamar la atención con seriedad, el debido respeto y sobre todo con ejemplos de buen comportamiento para que fluya el amor que permita formalizar amistad entre los miembros de las familias; es decir, que los hijos, hijas, madres y padres sean confidentes sinceros sin tapujos ni miedos, ni odios, tampoco resentimientos. Reitero, solo así, la gente mayor debería educar y formar a las nuevas generaciones, para que en el futuro sean ciudadanos y ciudadanas respetables.
ACUERDO DE PAZ EN VILO
La reciente revelación de los excomandantes desmovilizados de las Farc ante la JEP, de que fueron los autores del homicidio del excandidato presidencial, Álvaro Gómez Hurtado, ha exacerbado la pugna por el acuerdo de paz firmado entre ‘Timochenko’ y el expresidente JM Santos.
Aunque este sorprendente testimonio es tardío para los parroquianos comunes y corrientes, la controversia política tan agitada que ha generado no es ninguna sorpresa, porque todo mundo sabe que los opositores del acuerdo de paz no aceptaran tal responsabilidad, si los excomandantes de las Farc no lo comprueban plenamente.
Por otro lado, están los familiares y todavía fieles amigos del difunto que persistirán con la hipótesis de que el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, es un crimen de estado en el que están involucrados el expresidente Ernesto Samper Pizano y su exministro Horacio Serpa Uribe, a quienes los exjefes de las Farc quieren librar de responsabilidades en este crimen considerado de lesa humanidad cometido hace 25 años.
Los acusados por los deudos del extinto personaje, argumentan que son víctimas inocentes del prolongado secreto de las Farc, porque además nunca tuvieron motivos para determinar su muerte, que fue una conspiración de sus enemigos políticos, avalada por la familia del asesinado para poder cobrar una alta indemnización económica.
Los enemigos del acuerdo de paz dicen que es una complicidad entre los magistrados de la JEP, los miembros de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición y los excomandantes de las Farc hoy congresistas.
En fin, el acuerdo de paz sigue en vilo, incluso más enredado, pareciera que lo harán trizas con tal de no comparecer ante la JEP y a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.