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Ninguno responde por nadie…

El progreso de la ilegalidad se hace insostenible ante la permisividad estatal, lo ocurrido en Bogotá con el sector del Bronx es evidencia de ello. La inseguridad es un indicador colectivo que describe el clima social en que discurre la vida urbana en las ciudades. Las razones de la inseguridad son multicausales, el premio nobel de economía Joseph Stigtliz, considera que existe una relación entre economía y violencia, esta consideración es una radiografía de la realidad socioeconómica de Colombia.

Enfrentar la ilegalidad y la inseguridad no es asunto potestativo del aparato militar, es pertinente cerrar brechas de desigualdad, inequidad y pobreza, asimismo, reorientar la política judicial y penal.

En la trigésima versión del Festival de la Leyenda Vallenata, el maestro Emiliano Zuleta Díaz ganó el concurso de la canción inédita con la obra bautizada ‘Mi Pobre Valle’. Cuanta premonición en sus versos, tal vez hace 17 años el problema vislumbraba incipiente. En nuestra ciudad: “ya no se puede tocar por la calle así como anteriormente se hacía”, sentarse a conversar en las terrazas de las casas es un peligro inminente, ni siquiera las rejas inspiran temor a los delincuentes.

El caso sucedido el martes anterior al comerciante José Abuchaibe, prendió las alarmas, la ciudadanía exige seguridad. Entre 2012 y 2013 los atracos en vía pública, hurto de automóviles y motos y tasa de homicidios mostraban tendencia ascendente. Entre setiembre de 2014 y setiembre de 2015 la tasa de homicidios aumentó 62 %, al pasar de 50 a 81 muertes. Según ‘Valledupar Cómo Vamos’, en 2015 el 20 % de la población fue victimizada. En 2014, más del 44 % de los homicidios del Cesar ocurrieron en la capital. (Instituto de Medicina Legal). Entre tanto, el Observatorio Económico de la Cámara de Comercio realizó una encuesta a 10.000 empresarios y microempresarios, el 76 % de estos manifestó que se siente inseguro y revelan ser víctimas de hurtos y extorsiones.

Las cifras son elocuentes, reales, no tienen relación con la percepción, surgen de estudios y diagnósticos técnicos. Retomando la exigencia de seguridad de la ciudadanía, es necesario señalar que los problemas de la ciudad nacieron en la administración de ‘Tuto’ Uhia. El actual gobierno heredó la problemática de inseguridad y otros de la ciudad, no obstante, esta situación no lo exime, no le sirve de pretexto, pues para resolverlos fue favorecido por el voto ciudadano.

Debo recordar al equipo de gobierno que hay mucha diferencia entre un seguidor, un asesor y los áulicos. La función del asesor no es defender en las redes sociales a su jefe, ni hacer de la gestión un álbum fotográfico, sino respaldar con su experiencia y conocimiento en la construcción de las estrategias que edifiquen la obra de gobierno, porque cuando no hay resultados, la excesiva publicidad puede terminar en descredito.

Es menester crear un bloque de búsqueda para desmantelar las bandas y las ollas de microtráfico que operen en la ciudad, blindar con el ejército las entradas de la ciudad, robustecer el aparato tecnológico del centro de monitoreo, crear frentes de seguridad en los barrios con sirenas o alarmas y mantener comunicación directa y efectiva con los cuadrantes de la policía, para fundar confianza y apoyo de la ciudadanía. No olviden que una ciudad segura es susceptible de progreso.

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