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Ni mezquinos, ni parroquianos

El gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, adjudicó la construcción del Centro Cultural de la Música Vallenata y ante los argumentos que califican de inoportuna esta apuesta departamental, el mandatario usa las palabras “mezquinos” o “parroquianos”, subestimando las posiciones que indican los riesgos existentes ante semejante proyecto; pero realmente ni es mezquindad ni una actitud parroquiana, señor gobernador, es la más pura y física desconfianza que usted despierta.

Es cierto que nuestra cultura requiere impulso, que esa obra promovería el turismo alrededor de nuestra música y nuestros artistas, pero en manos suyas se convierte en una amenaza a las finanzas públicas del Cesar; son $139.325.516.442, y eso genera el temor de ver otra obra inconclusa como el ‘Estadio Chemesquemena’ (así me gusta llamarlo), temor que sienten los jóvenes y que hoy le dicen en su cara lo que no le gusta escuchar, como lo hizo la revelación juvenil en estos días Iván Lozano.

Pero en otros escenarios también han surgido las advertencias. El diputado Quintín Quintero, en este medio, le rogó asumir el compromiso de no ordenar adiciones y prorrogas irregulares en esta obra, porque su historial, señor gobernador Monsalvo, está plagado de ejemplos de obras muy costosas, eternas en su ejecución y finalmente muy mal hechas.

Y es que las adiciones y prorrogas del gobierno Monsalvo tienen rasgos supremamente sospechosos, así lo han revelado los diputados Claudia Margarita Zuleta y Quintero Baute, solo con mirar lo ocurrido con el CDT refleja que las obras del gobernador Monsalvo provocan un hedor tan fuerte como el de la curva del Salguero, una muestra está en el acta de prorroga No 4 del proceso contractual del CDT con la siguiente perla: “…Ajustada de conformidad con el nuevo planteamiento dado por el secretario de Infraestructura el día en reunión sostenida el pasado 30 de noviembre del 2016, como lo es el traslado del recurso faltante que se tiene presupuestado para la ejecución del CDT pesquero y adicionado al CDT ganadero, con la finalidad de cumplir en un 100 % la ejecución de la obra y a los argumentos presentados en prorrogas anteriores”.

Esto explicaría las razones por las que terminaron el CDT ganadero en perjuicio del CDT pesquero, pero conscientes de no poder adicionar más dinero a este proyecto, se inventaron un nuevo contrato firmado el 5 de febrero del 2020 para finalizar el CDT pesquero por valor $10.892.887.131, es decir, más dinero a la misma obra y no son menos alarmantes los movimientos y justificaciones para adicionar y prorrogar la obra del estadio.

Todas estas manifestaciones de distintos sectores no son más que el pavor que sentimos por la administración de nuestros recursos en manos de Luis Alberto Monsalvo y que todo esto sea un llamado para que esta obra no quede inconclusa y los dineros en manos de contratistas y funcionarios corruptos.

Carlos Andres Añez Maestre

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