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Neurociencias y derecho

Tuve oportunidad de estar en la presentación del libro que tiene el título de la columna. El autor del trabajo científico: el valduparense Carlos Arturo Gómez Pavajeau y, advierto -como él- que los de aquí no solo producen vallenatos sino se erigen en desafiantes cultores del derecho.

Ahí en la Fundación Universitaria del Área Andina, sede Valledupar, vivifica que el profesor Jaime Bernal Cuellar haya señalado que “el alumno superó al maestro”, parodiando la frase de Leonardo Da Vinci: “mediocre alumno el que no sobrepasa a su maestro” y que el profesor Nodier Agudelo Betancur rememora cómo auspició que buenos estudiantes en el Externado de Colombia se sucedieran docentes de la Universidad de la que el reconocido autor es egresado y este último no, pero si uno de los profesores más destacados. A ambos Gómez Pavajeau los tiene (con razón) como “maestros insuperables del alma”.

Cada que uno concluye lectura de los copiosos libros de Gómez Pavajeau no cabe duda se impone leerlos con conocimientos anticipados de lectura de textos fundamentales del derecho, porque en sus contenidos utiliza un experto lenguaje que ciertamente con Bernal intriga no solo respecto a que horas duerme aquel sino por qué siempre desafía en los esbozos conceptuales que a su vez conlleva a la generación de nuevos planteamientos. Por otra parte es poseedor de una biblioteca de más de mil volúmenes e indudable lector de los mismos.
Ahora el coherente aporte del autor gira en una temática complicada por su alta base teórica para procurar un acercamiento entre las ciencias de la naturaleza, ciencias cognitivas (neurociencias) y ciencias del espíritu (derecho). Las neurociencias se encargan del estudio del Sistema Nervioso desde el funcionamiento neuronal hasta el comportamiento. Y el propósito de ellas es entender como el encéfalo produce la marcada individualidad de la acción humana.

Tiene tanta provocación intelectual el trabajo de Gómez Pavajeau que señala como sendero inevitable del derecho abrevar en las neurociencias dado su prestigio científico, clave para entender la naturaleza humana y dice “muy especialmente, la temática de las neuronas espejo abren horizontes exploratorios para averiguar las incidencias en el Derecho Penal, especialmente en aquellos aspectos que tienen que ver con la “la capacidad de percibir las intenciones” de los demás, su reconocimiento, los componentes de la empatía y la “Teoría de la Mente”, con el objeto entre otros de determinar su culpabilidad”.

Y bien. Gratamente me impresionó la arquitectura armónica y los espacios para enseñar derecho de la Fundación Universitaria del Área Andina como lo advirtieron al unísono los profesores Bernal y Agudelo, porque en la provincia se previene que una ciencia tan inexacta como el derecho se enseña y aprende bien solo en las grandes urbes como Bogotá. Con entornos académicos como el ofrecido ya nada se tiene que envidiar.

Los directivos, invitados, autores y conferencistas no lisonjearon a Gelca Gutiérrez Barranco, la rectora, describiendo sus cualidades y trazos de indiscutible liderazgo sino que registraron su demostrada capacidad para afrontar el reto de diseñar hacia el horizonte la acreditación de alta calidad como garantía de una excelente formación académica y humana. Propició un excelente encuentro académico y halla en el insondable desafío de un libro, oportunidad para edificar con acierto una clínica jurídica porque el modelo conductista o constructivista de la educación ha de ceder con el aporte actual de la neurociencia en el complejo mundo de la praxis diaria de la justicia.

Hugo_Mendoza: