“No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo…”. San Lucas 2,10.
Esta será una navidad distinta: el aislamiento selectivo, la falta de abrazos, el peso de un largo encierro, la tristeza que nos produce el recuerdo de los que partieron. En cada familia faltará un ser querido que solo nos dejó su recuerdo; pero sobrepuestos a esa realidad, no debemos perder de vista la verdadera celebración, el sentido verdadero de la navidad; cual es, celebrar el hecho del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo.
Dicen algunos historiadores que el más antiguo sermón de navidad que se conoce fue predicado por Crisóstomo en Antioquía en la navidad del año 386. Yo creo que el más antiguo sermón de navidad predicado fue el del texto de hoy: el ángel a los pastores de Belén. Podrán haber cambiado las costumbres, los métodos y las circunstancias, pero fundamentalmente el mensaje sigue siendo el mismo: ¡Os ha nacido hoy el salvador! Y esto de por sí, constituye una experiencia de gozo. Hoy nuestro gozo sigue siendo recibir a Cristo; el gozo de Dios es que lo recibamos.
El mensajero es un emisario celestial quien se acerca a las personas a quienes les entregaría el mensaje y quien venía comisionado directamente de Dios y tenía instrucciones específicas acerca del mensaje que debía comunicar. El mensaje rompe las distancias, atenúa la desconfianza y establece una nueva relación. Los pastores destinatarios, recibieron el mensaje en medio de la rutina diaria de la vida. Dios los interceptó en la hora en que estaban inmersos en sus labores, sin estar preparados para recibir.
Amados amigos lectores: la fuente de gozo de la navidad es Cristo. Los seres humanos buscamos el gozo en las extravagancias y los excesos, pero el gozo verdadero de la navidad es interior. Se trata de la presencia del Señor Jesús, viniendo desde la eternidad al tiempo para nuestra salvación. ¡Él es el regalo supremo de Dios para la humanidad!
Este mensaje revolucionario cambió el curso de la historia. Los pastores cambiaron su tedio en gozo y convirtieron su vida en una alabanza proclamadora. ¡Esa es la navidad, un gozo que todo lo cambia! Un gozo que diluye tristezas. Un gozo que promueve nuevos caminos. Un gozo que nos hace portadores de una historia única. Un gozo que nos convierte en gente feliz que ama a Dios.
Recordemos en esta navidad que el mensaje del nacimiento del Salvador, en palabra de los ángeles, viene de las alturas. Recibamos ese mensaje, fuente de gozo, grande e infalible. Gozo que el mundo no puede dar, pero tampoco puede quitarnos. Es un gozo que nos regala Dios en la persona de su Hijo, llegando a vivir en nuestro corazón y convirtiéndose en la esperanza de gloria. ¡Nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús!
Es menester, al igual que los pastores, asumir una posición frente al anuncio de la llegada de Jesús. Mi invitación es a que le abramos nuestro corazón a Jesús y permitamos que él viva su vida, con todo el esplendor de su gloria en nosotros y a través de nosotros.
Gocémonos por su presencia y convirtámonos en portavoces del mensaje transformador que cambia vidas y trae esperanza y gozo.
¡Feliz navidad 2020!