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Navidad, brisa y fiesta

“Muchos días que son buenas las navidades es la época más linda de los años pero hay otros que no quieren acordarse de la fiesta de año nuevo y aguinaldo” (Mensaje de Navidad – Rosendo Romero).

El almanaque pintoresco de Bristol, el del pergamino salmón y el hombrecito pelú y barbú, nos indica que llegó el mes de diciembre y con él la fiesta de Navidad que es sin duda la más emocionante del año. Es tradicionalmente cuando se recibe el fruto económico de los esfuerzos de los onces meses que le preceden, y son días durante los cuales nuestra alma soñadora y nostálgica nos pide compartir con la familia, dar testimonio afectivo y con detalles, del cariño, el aprecio, la gratitud y los deseos de paz para aquellas personas que se han hecho acreedores a nuestros afectos.
Por si solo, el mes de diciembre desarma los espíritus y hace que la gente perciba una sensación de alegría de procedencia imperceptible precisamente porque no hay palabra alguna que nos permita describirla, es un no sé qué, que pone al corazón ante una difícil disyuntiva parecida a la de un corcho en remolino, entre la nostalgia y el entusiasmo, entre el festejo y las tristes ausencias.
Durante estos días nos hace más falta nuestra gente que se fue para siempre, y a veces parece que se nos renovara el duelo, y viene a nuestra mente aquella época cuando esas personas que ya no están, hacían lo humanamente posible para que a pesar de las precariedades normales de los pueblos humildes se disfrutara a plenitud el espíritu de la Navidad, eran los días durante los cuales todos en la casa colaborábamos pintando sus paredes para que estuvieran bonitas durante esa temporada, sobraban los motivos para celebraciones y bailes a donde todos podíamos asistir los niños y los adultos porque eran incluyentes, cálidos y populares, no se necesitaba invitación.
Era durante la Navidad cuando nuestros viejos nos llevaban a la ciudad para comprar ropita nueva y no olvido cuando mi papá a todos nos tomaba la medida del pie con una cabullita para comprarnos los zapatos, especialmente para las fiestas de navidad y de año nuevo, aquello era emocionante mientras esperábamos la llegada de mis hermanos que estudiaban fuera.
Es una lástima que a pesar de que sigue siendo un mes alegre, en la actualidad se haya convertido en tiempo de peligro donde gente que no tiene nada que perder en esta vida ejecuten actividades violentas, delincuenciales y atroces para despojar a quienes trabajaron duro durante el año del fruto del sudor de su frente, porque desgraciadamente el primero que se prepara para las fiestas es precisamente el bandido, y con razón porque ellos se meten una borrachera con la plata ajena, les pasa el guayabo y quedan desocupados el resto del día para esperar al marrano de turno. Ojalá esta vez sea diferente, y que las mayores oportunidades laborales así sea en el rebusque les permita ocupar su tiempo en actividades útiles para sus familias y la sociedad, permitiendo que se haga realidad esta.
@Nene_AcostaM

Luis Eduardo Acosta Medina: