Alarmante, preocupante y escalofriante, si todo es verdad, el caso develado por el programa Séptimo Día del Canal Caracol TV la noche del domingo anterior, cuando mostraron la muerte sistemática de 16 bebés por presuntamente haber recibido tratamiento para madurar sus pulmones con medicamentos adulterados.
La investigación del programa de televisión que fue hecha durante varios meses, puso en el tapete un tema que muchos, incluidos nosotros los medios de comunicación, no abordamos a profundidad por subestimar las voces que corren en las calles, de familiares de pacientes que van en busca de cura y encuentran otra cosa.
El 27 de enero de este año, informamos que el Cuerpo Técnico de Investigación –CTI- de la Fiscalía, con el acompañamiento de un perito en representación de una multinacional farmacéutica, allanó varios centros asistenciales en Valledupar, entre ellos la clínica Laura Daniela, donde encontraron un medicamento adulterado especial para niños prematuros. En ese momento el perito investigador de laboratorios farmacológicos procedente de Bogotá dijo que las muestras realizadas al medicamento comprobaron la falsificación.
Ocho meses después del inicio de la investigación, ha corrido mucha agua debajo del puente y luego de ver la historia publicada en la televisión nacional, quedan muchas preguntas, pero sobre todo impacta la muerte de 16 niños que nacieron de manera prematura. Algo ocurrió, sin duda, incluso supuestas componendas políticas para evitar las investigaciones, las que hoy se deben aclarar.
Aun sin saber el concepto de las autoridades de salud sobre los reales motivos que provocaron la muerte de los infantes, se debe desmantelar la red mafiosa que trafica con medicamentos falsos en el Cesar, conocer las investigaciones y las sanciones a que haya lugar en las clínicas que permiten tan mala práctica (aun cuando argumentan que fueron asaltados en su buena fe), qué pasa en la Secretaría de Salud del Cesar que no asume y resuelve investigaciones tan vitales como esta para la salud. Hoy la única verdad es que si encontraron medicamentos adulterados, la muerte de los bebés y la desolación de las madres por su perdida.
La secretaría de Salud del Cesar, Carmen Sofía Daza, terminó crucificada, su desconocimiento del tema la llevó a improvisar y a hacer afirmaciones fuera de contexto, si así funciona esta sectorial, en manos de ¿quién está la salud del departamento?
Solo pedimos que haya más controles, que la salud sea un compromiso y no un negocio, donde priman los amarres políticos y los bajos costos para generar utilidad. Qué la Fiscalía entregue pronto resultados y ejemplarizantes. Con la salud no se juega.