Omaira Forero tiene más de 40 gatos y 18 perros. Todos viven con ella junto a sus dos hijos y su esposo en la vivienda a la que llegaron hace 17 años. En el barrio la conocen y saben del amor que ella siente por sus animales.
Gretel y Hansel fueron los primeros gatos que rescató, luego llegó Mía, Ami, Calbina, Lucas, Penélope, Príncipe, Silvestre y Sisi. “Los gatos son muy independientes, tengo de muchas razas, tamaños y colores, hay un gatico que rescaté que solo tienen patas, antes no sabía caminar y míralo ahora, salta y anda por todo el sector igual que los demás, eso me llena de mucha alegría”, expresó la mujer.
Omaira no sabe a ciencia cierta desde cuándo nació su amor por los animales, pero recuerda que su padre le regalaba muchos animales y en su casa de infancia tenía toda clase de mascotas. “Hace cinco años empecé a rescatar animales callejeros, ahí empezó el amor; sufro lloro, los llevo al médico, es como si tuviera un hijo”, enfatizó.
Esta mujer amante de los felinos y caninos cuenta que su casa es la casa de ellos y que su cuarto también. “Los perros son más dependientes que los gatos, ellos necesitan de nosotros”.
Las razas que se encuentran en la vivienda de Forero son pitbull, labrador y frespuder, “el resto son enrazados, perros callejeros”, explicó.
Los gastos para mantener los gatos y perros vienen de su bolsillo y el de su esposo. “La comida es costosa, pero hay que mantenerlos sanos, ¿si no los ayudo yo, quién los va ayudar?, yo le debo a ellos, antes sufría de migraña incurable y hace más de tres años que no consumo ninguna clase de droga, las personas se engañan con los animales”.
Una vez tuvo un perro que no caminaba y con sus rezos y masajes volvió a caminar, “he rescatados muchos perros enfermos, a uno me tocó diseñarle una silla de ruedas mientras se curaba de sus patas, otro perro que llegó muy delgado, hoy en día está gordo y bien alimentado”, dijo entre risas la mujer orgullosa de su trabajo.
Omaira asegura que ha tenido que soportar el desprecio de muchos vecinos a los que no les gusta los animales, confesó que muchas veces ha llegado la Policía Ambiental y la Secretaría de Salud a su vivienda para quitarle los animales, pero no han podido porque están en óptimas condiciones. “Yo limpio mi casa y la terraza, jamás verán mi vivienda sucia y llena de excremento de mis animales porque yo los recojo, lo que sucede es que hay muchas personas que nos gustan de los animales y no soportan ni siquiera tenerlos cerca”, argumentó.
Sin embargo, esta mujer quiere tener otro lugar para tener a sus animales en mejor estado, porque quiere recibir más animales, pero ya no tiene espacio en su casa. “Espero encontrar un lugar a donde llevar todos mis animales con más espacio y así recoger otros”.