Problemas como drogadicción, robos, quema de basuras, lámparas dañadas son el pan de cada día en el barrio, principalmente en el parque Simón Bolívar.
Así lo aseguran los habitantes del sector quienes manifiestan que todos los días roban a personas del barrio y transeúntes.
Según ellos, el parque Simón Bolívar es la guarida adonde llegan personas, entre ellos jóvenes a consumir sustancias alucinógenas y amedrantar a la comunidad, quienes desesperados por el creciente número de robos no salen después de seis de la tarde de sus casas.
Mercedes Peña, residente en el sector, manifiesta que “el parque permanece oscuro porque las luces de la iglesia Cristo Rey permanecen apagadas”, también agrega que “cuando transitamos por el parque hay que mirar hacia los árboles para ver si hay algún malandrín que pueda robarte”.
Así mismo el residente Fabio Luis Elías, indica que la presencia de los agentes de la Policía Nacional es muy inconstante. “Llamamos a la Policía y casi nunca llegan, cuando logramos que vengan siempre vienen tarde y ya los adictos han consumido o escondido lo que tienen”.
“La ferretería que está en la esquina y la que se encuentra a mitad de la cuadra y en la tienda han robado, mejor dicho, por acá hacen desastres”, agrega Fabio Luis Elías, residente del barrio.
Héctor Manuel Montalvo, otro morador del sector, expresa que la Junta de Acción Comunal no gestiona soluciones para mitigar el problema de inseguridad. “Los miembros de la Junta de Acción Comunal del barrio Doce de Octubre fueron a hacer una votación y no llegaron a nada porque se formó una disputa entre ellos mismos y a los del Simón Bolívar ni siquiera los conozco”.
Lo mismo opina Guillermo Peñaloza: “Hemos visto cómo roban a las personas, pero no podemos hacer nada porque son tan hábiles para robar que en cuestión de segundos hurtan y huyen en las motocicletas”.
“A veces las personas están en sus casas y llegan dos hombres a robar, por eso ya no podemos sentarnos en las terrazas porque estamos con la zozobra y peor si no te roban te hacen algún daño”, cuenta Iveth Yanes, quien añade que el agua es muy escasa en el sector.
Carolina Vargas, expresa: “Por acá es muy dado que la comunidad esté azotada por el atraco a raíz de la drogadicción que hay. Gracias a Dios yo no he sido víctima de un atraco pero si he visto que en la droguería y en el puesto de venta de comidas rápidas han robado y lo peor del caso es que sabemos quiénes son las personas y no denunciamos por temor o porque sabemos que son personas de acá mismo”.