El escritor inglés William Shakespeare manifestaba: “Al corazón de una mujer no se le intimida fácilmente si posee una actitud positiva”. Este significativo pensamiento alusivo a la mujer, demuestra que cambiaremos positivamente si se tiene en cuenta algunas claves del éxito y es que se puede fracasar sin perder el ánimo, enfocándonos en mejorar las relaciones con gran determinación, buena voluntad, con fe, esperanza, amor incluyendo un poco de humor, con una correcta actitud mental para ser valorada por su buen desempeño.
Donde hay una mujer con las anteriores características habrá una magia digna de imitar, porque sus metas y sueños la harán sonreír, y los dioses mitológicos han construido dos modelos perfectos que son la mujer y su accionar dejando una huella positiva con voz propia y fortificada con un resplandor interior que demuestra la fe que la iluminará para hacer el bien.
La mujer demuestra autovaloración cuando es honesta consigo misma, con propósitos firmes que le permitan reconocer el valor que se tiene de ella, sabiendo con certeza que una posición optimista, evitará adoptar opiniones negativas, porque cada dificultad serán oportunidades buscando varias alternativas de solución para hacer realidad su proyecto de vida, amándose así misma de manera realista y sana porque esto le permite ser más flexible, sin ser perfeccionista, concentrándose en los matices y tonalidades que la vida pone a su alcance, sabiendo escuchar a quienes piensan diferente, ejerciendo el derecho a equivocarse, a hacerse autocrítica moderada, con observaciones objetivas y autoevaluación constructiva que ayuden a exigirle dentro de límites razonables, esa guía alentadora, aprendiendo del Ensayo-Error, como un gran ser humano que está dispuesto a cambiar.
Una mujer con actitud positiva está impregnada de confianza, dejando a un lado el temor, el miedo y el pesimismo porque los problemas deben verse como oportunidades para actuar cada día mejor y se vence cuando se es capaz de crear, de enseñar, o reinventar acciones para mejorar la autoimagen, tratando de definir sus propios criterios, siendo espontánea y auténtica, focalizando la atención en abrir horizontes afectivos, aumentando las probabilidades de conocer personas cálidas, inteligentes, tiernas, educadas, que le permitan tener autobienestar y autosatisfacción.
El mundo pide a gritos que cese el feminicidio porque es un acto negativo que golpea con fuerza al núcleo familiar truncando el bello horizonte de ese ser valioso lleno de talento, comprensión, bondad y con la esperanza de vislumbrar la hermosura del amanecer, con sentencias que estén llenas de fraternidad y de libertad, bajo la sombra de palabras que inspiren confianza, para que las mujeres podamos ser felices y fabulosas en las diferentes opciones de desempeño que tiene como: madre, esposa, abuela, cuñada, hija, hermana, amiga, suegra, tía, ama de casa y profesional, ubicándola como la líder que promueve cambios positivos de generación en generación contra la injusticia social que a veces las excluye olvidando el compromiso que se tiene con ellas de apoyarlas en sus esfuerzos y en sus diferentes contribuciones.
Hoy tendremos presente al poeta chileno Pablo Neruda, quien manifestaba: “El éxito de una mujer surge de las cenizas del error, si es capaz de cambiar”.