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Mujeres importantes en el desarrollo cultural de Valledupar (parte 3)

Doña Gloria Pumarejo Cotes, reina del carnaval vallenato en 1958.

Esta es la tercera entrega de una serie de crónicas sobre mujeres, hechos y lugares que fueron fundamentales en la historia de Valledupar y la región.

En la nota anterior se mencionaron sitios como el ‘Cerro La Popa’, ‘Las cuatro monjas’ y mujeres como Sara Ariza y Rita Molina Maestre de Pavajeau.

Las protagonistas de hoy son igual de importantes, ellas son:    

AIXA MESTRE DE GONZÁLEZ 

Una ejemplar educadora, cofundadora del colegio Antonio Nariño, institución que logró posicionar al lado de su esposo don Ricardo González; fue su eterna secretaria, ayudó a formar grandes hombres de la sociedad vallenata; en sus clases de literatura, ella infundía amor por la poesía a sus alumnos, entre ellos al poeta cantor Gustavo Gutiérrez. Fue madre de grandes profesionales que hoy, son orgullo de la nación, especialmente de su hijo Ricardo, el más importante filósofo vallenato, egresado de la universidad Nacional y quien se graduó con muchos méritos 

OLGA RIAÑO DE VALLE

Creó La Casa De La Niña que hizo tanto bien a las niñas desamparadas. Fue una humanista, diputada y secretaria de educación del departamento del Magdalena Grande, era conservadora laureanista, pero su comportamiento era de una gran Liberal; defensora de los derechos humanos; fue otra matriarca pues amplió el rol de la mujer vallenata, ya que fue de las primeras, que junto a doña Eufemia Vásquez incursionó en la política de esta ciudad, como concejal,  en esa época en que a la mujer le era prohibido salir de su hogar, por ser una sociedad matriarcal, donde la mujer no tenía otra opción que ser soltera, meterse de monja o casarse recluida en su hogar. Ella oxigenó nuestras costumbres, era una mujer muy elegante, cruzaba su pierna y sacaba un cigarrillo lucky strike.

ROSA DELFINA MARTÍNEZ DE COTES

De manera silenciosa, pero elocuente, logró contarnos la historia de Valledupar a través de sus bordados. Todos los acontecimientos de nuestra tierra, fueron convertidos en una obra de arte, eran tan perfectos sus bordados y de una manera tan genial y creativa, que parecían pinturas; era una manera diferente de contar la historia; estos bordados tenían un toque primitivista, con rasgos tiernos e inocentes, como si los pintara el alma de una niña y es que su alma era precisamente eso: mujer paciente, amorosa, amable, extrovertida, excelente esposa y abnegada madre, recatada, servicial, era  un dechado de valores; Sacó adelante con mucha abnegación y esfuerzo, de manera ejemplar, a su hijito ciego.

Era hermana del gran dirigente cívico José Eugenio Martínez y entre sus ancestros estaba el sacerdote Manuel María Martínez, cuya descendencia, fue de gran importancia con personajes, como el médico Ciro Pupo Martínez.

GLORIA CASTRO MAYA

Licenciada en artes de la Universidad Javeriana; trabajó primero como dibujante en una empresa organizada por el arquitecto Raúl López y el ingeniero Julio Villazón; seguidamente fue directora de la Casa de la Cultura durante 10 años; después se desempeñó como profesora de Historia del Arte, en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Popular del Cesar. Bajo su custodia están documentos muy importantes para la historia de Valledupar. Mujer muy educada y cultivada, hija del doctor Pedro Castro Trespalacios, el más importante y primer historiador del departamento; descendiente del marquesado de Santa Coa de Mompox. 

Doña Gloria es curadora de objetos patrimoniales, como el pilón, las tinajas y el aguamanil, entre otros.

En sus cátedras difundió la importancia de las artes desde la época prehistórica hasta nuestros días, su madre doña Carlota Maya estuvo entre las primeras alumnas que fundaron el colegio de La Sagrada Familia en 1923.

GLORIA PUMAREJO COTES DE OVALLE

Fue reina del Carnaval de Valledupar en 1958 y fue coronada en el teatro San Jorge; hoy es la abuelita del carismático y joven Representante a la Cámara Carlos Felipe Quintero Ovalle; mujer de sublimes sentimientos, protectora de los ancianos y de las personas desvalidas; curadora exquisita de objetos patrimoniales históricos: Santos del siglo XVI, pilones de sus abuelos, tinajas de Guacoche, Camas de Lienzo, aguamaniles, etc. 

EFIGENIA OÑATE

Una persona humilde, pero cuyo vientre concibió al científico médico y reumatólogo, orgullo de Colombia, Rafael Valle Oñate, quien después de una minuciosa investigación científica, logró descubrir el origen de la enfermedad llamada Carate, que tanto castigó al pueblo Vallenato durante miles de años y hoy tiene curación.

DOÑA EUFEMIA VÁSQUES

Descendiente del hijo del sacerdote y senador Don José María Triana, llamado Federico Palmera Triana.

Doña Eufenia Vásques.

Ella no fue una matrona que se dedicara a perpetuar las costumbres anteriores, sino que fue una matriarca porque creó nuevos paradigmas en la sociedad vallenata, ya que fue la primera mujer de esta ciudad, que incursionó en la política, siendo la primera concejal femenina, en una sociedad de costumbres medievales, donde en esa época la mujer sólo debía permanecer en su hogar, atendiendo a sus hijos y a su esposo; ella demostró que la mujer también podía sacar un tiempo para ayudar a resolver los problemas sociales de la comunidad; fue adema historiadora de lo local. Ella guardaba en su memoria minuciosamente los acontecimientos de la ciudad, era una biblioteca sin libros, sólo se basaba en su excelente memoria, igual que los mamus de la Sierra Nevada, descendiente del Marquesado de Santa Coa, por el lado de su bisabuela doña Dionisia de Mier, casada con don José Martin Triana, ambos padres del sacerdote y senador José María Triana

MARÍA ELENA ARIZA COTES DE ESMERAL 

Poetiza, pintora, maestra durante 60 años y enfermera.

María Elena Ariza Cotes de Esmeral.

Escribió 2 libros de poemas, uno intitulado ‘Amor Azul’; escribió 52 poemas dedicados solo a Dios, cada uno con su música. Se graduó como normalista superior en la Normal de Mompox, ciudad donde también obtuvo el grado de enfermera; sus pinturas hoy adornan las casas de sus hijos.

Se distinguió por ser una mujer que dedicó su vida entera a Dios, a él le cantaba durante todo el día haciendo oración.

Como maestra fue entregada con amor y no por obligación a sus alumnos, sobre todo a los más pobres, a quienes visitaba para dar orientaciones a esos hogares, a pesar de que no era graduada ni como psicóloga ni como trabajadora social; fue un ejemplo para las nuevas generaciones de maestros, poseía una voz de soprano que utilizaba para alabar al Señor; su gran virtud: saber escuchar y dar buenos consejos; después de dialogar con ella, uno quedaba rejuvenecido; sus ascendientes maternos están emparentados con Gabriel García Márquez y el ex presidente Alfonzo López Pumarejo. 

Continuará….

POR RUTH ARIZA COTES /ESPECIAL PARA EL PILÓN

Categories: Especiales
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