Dijo el redactor Álvaro Sánchez, el 15 de febrero de 2017, en El País que ya había 7 ministras de defensa de los países de la OTAN. Ahora son más.
“En ‘La guerra no tiene rostro de mujer’, la Nobel de Literatura Svetlana Alexievich describe en una frase cómo la guerra ha sido, históricamente, un asunto preponderantemente masculino. No solo en los despachos donde se decidían los conflictos. “A los hombres desde que son niños se les dice que tal vez, de mayores, tendrán que disparar. Nadie les enseña eso a las mujeres”.
En la reunión de la OTAN que se celebra estos días en Bruselas, los trajes de corbata siguen siendo abrumadoramente dominantes, pero entre los ministros de Defensa, un cargo tradicionalmente ocupado por hombres, la presencia de mujeres es una realidad ascendente”, sostuvo Sánchez.
En Colombia fue ministra de Defensa Marta Lucía Ramírez, la actual vicepresidenta, en una época en que, en el gobierno de Uribe Vélez, la guerra era a fondo contra las Farc.
Las mujeres son definitivas para cargos que implica ejercer el rol que antes tenían los hombres? El mundo ha cambiado y la mujer hace presencia en todos los órdenes y sectores de la sociedad.
La organización patriarcal ha entrado en declive y la territorialidad femenina ya no se expresa solo como fiera en defender a su exclusiva presa masculina frente a las rivales, o en desmedida competencia en el trabajo u oficio, en su forma de preservar y defender su territorio, sino, en este caso, como ejercicio de la soberanía territorial de las naciones.
Cuando se observa la tensión por Ucrania entre los países europeos y América del
Norte y la Rusia, europea, eslava, asiática y oriental, la conducción de buena parte de los ejércitos europeos occidentales es responsabilidad civil y militar de las mujeres.
No solo en la banca, en la salud, en la educación, en los servicios, en las comunicaciones, en la política, en la ciencia, o en las artes y la literatura, las mujeres empiezan a ser preponderantes. Amplían su territorio en todas las esferas de poder e influencia.
Estamos complacidos de ese papel ascendente de la mujer desde una institución como EL PILÓN en donde el 80% de los periodistas y personas de apoyo administrativo son mujeres.
Historia repetida
En Colombia el tema de los concursos de méritos se ha convertido un cuento de nunca acabar, una historia repetida en la mayoría de los procesos de esta índole.
Valledupar y el departamento no son la excepción en esta materia, ya son varios los hechos registrados y ahora surge uno nuevo con la demanda de la elección del contralor departamental ante el Tribunal A d m i n i s t r a t i v o del Cesar.
Vuelve el ciclo vicioso y nuevamente se manda un mensaje negativo a la opinión pública, en especial a todas esas promociones de jóvenes profesionales que se preparan albergando una esperanza laboral con base en sus méritos y capacidades intelectuales.
Es hora ya de generar credibilidad mediante procesos transparentes y libres de la politiquería, alejados de intereses particulares que son los que suelen prevalecer.