Tal como sucede en otras regiones, la gente en Valledupar y el departamento del Cesar vislumbran soluciones y nuevas dinámicas de gobierno frente a los diversos problemas que en estos momentos enfrenta este territorio tanto local como departamental.
Se cierra un año, pero más que una anualidad o vigencia institucional, el 31 de diciembre de este 2023 se culmina un mandato gubernamental que, en estos últimos 33 días, deberá organizar muchos asuntos que siguen pendientes bien sea para su claudicación total o para orientar la ruta que debe seguirse al respecto.
Por la naturaleza misma de la dinámica gubernamental, es en la administración municipal de Valledupar donde recae el mayor número de problemas y situaciones que afectan de manera directa a la gente, algunos sujetos de solución por parte del alcalde y otros no tanto, pero que al igual siempre se le suele asignar su responsabilidad y por ende, por un largo rato, se seguirá hablando de su buena o mala gestión, dependiendo del grado de acierto o desacierto que haya tenido para caso en particular.
Precisamente este martes 28 de noviembre es la última rendición de cuentas del alcalde Mello Castro González, se trata del informe final de su gestión. Seguramente allí se conocerán cifras importantes, gestiones, obras y proyectos, además de acciones intangibles y que como tal es probable que la mayoría de la ciudadanía desconozca.
No obstante, es evidente, ante los ojos de todos, un panorama bastante desolador sobre la ciudad que tenemos. El municipio que va a recibir el alcalde electo Ernesto Orozco está inmerso en una situación muy complicada.
Quedan pendientes temas como: la difícil situación de inseguridad, la deficiencia del servicio de aseo y recolección de basuras, el estado obsoleto del sistema de acueducto y alcantarillado, la incertidumbre frente a la desquebrajada empresa Emdupar, el grito de auxilio de la ciudadanía frente a las altas tarifas de energía eléctrica, los altos índices de desempleo y de informalidad comercial, el preocupante grado de deterioro de la malla vial, la falta de control del tránsito y la movilidad vehicular, las permanentes ocupaciones del espacio público, la proliferación de invasores en la periferia de la ciudad, la carencia de alumbrado público en muchos sectores de Valledupar, entre otra serie de aspectos que tergiversan la buena imagen de la capital vallenata.
Insistimos, no todo es del resorte exclusivo del alcalde, por ello es fundamental que los mandatarios, teniendo en cuenta el complejo escenario de la administración pública, deben tener claro que el cierre de gobierno es un capítulo crucial que requiere planificación, responsabilidad y transparencia.
Un cierre de gobierno exitoso comienza mucho antes de los últimos días de mandato. La planificación estratégica debe ser una constante a lo largo de la gestión, anticipando posibles crisis y estableciendo medidas preventivas. Allí es clave la comunicación transparente para generar confianza en la comunidad.
Se espera entonces que en la jornada de este martes se proporcione información detallada sobre los logros alcanzados, los recursos disponibles y los proyectos que quedarán pendientes para la próxima administración.
Recuerde señor alcalde Mello Castro que un cierre de gobierno exitoso no solo es una muestra de responsabilidad, sino también una contribución valiosa al bienestar continuo de la comunidad. No olvide que el arte del buen cierre de gobierno radica en el compromiso con el servicio público y la construcción de una base sólida para las generaciones futuras.