Hoy es el día señalado. Ha llegado la hora para la puesta en marcha – de manera experimental- la norma que prohíbe el parrillero mayor de 14 años, con el fin de buscar reducir los índices de homicidio en la ciudad, que generalmente se realizan utilizando ese medio de transporte.
Sin duda se trata de una medida drástica, y hay que apoyar al Alcalde en esta decisión encaminada a ponerle coto no sólo al problema de los homicidios, sino también a los atracos que se vienen registrando utilizando las motos como medio de transporte.
A pesar de lo impopular de la medida, la administración ha demostrado que se las va a jugar toda para afrontar la ola de inseguridad que padecemos y esta norma puede ayudar a combatirla.
La norma regirá por dos meses y el gobierno municipal ha anunciado que se cuenta con una oferta de transporte público colectivo para atender a la población más perjudicada, en principio, con la medida, como son los hombres mayores de catorce años no propietarios ni conductores de motos.
Además, se realizará un monitoreo a la misma y los respectivos controles para evitar que se incumpla, quienes lo hagan serán multados por la Policía de Tránsito en tasas fijadas en proporción al salario mínimo legal mensual vigente.
Las autoridades municipales deben estar muy atentas para evaluar el impacto que la medida pueda tener en materia de movilidad, ya que afecta particularmente a empleados e independientes que ahora dejarán de hacer muchas vueltas y a los jóvenes mayores de 14 años, estudiantes o trabajadores que tendrán que caminar o acudir al transporte público colectivo o a los taxis. Ojalá la norma no genere mayores problemas de movilidad.
El transporte público colectivo y los taxistas tienen el reto de demostrar que están en capacidad de transportar a un mayor número de personas, en trayectos más largos y a hasta los barrios más apartados, que se venían realizando en motos en distintas zonas de la ciudad.
Las estadísticas de la Policía Nacional confirman que la gran mayoría de los asesinatos cometidos en las últimas semanas, se hacen utilizando una moto como vehículo de transporte lo que constituye una estrecha relación entre mototaxismo e inseguridad.
Por lo que se hace necesario intensificar los controles al porte de armas y los operativos en determinados puntos estratégicos de la ciudad con el fin de aumentar la persuasión que genera la fuerza pública sobre los delincuentes y la ciudadanía en general.
A pesar de lo anterior, tenemos algunas reservas que debemos plantear: es de suponer que los sicarios saldrán a realizar su diabólico oficio, en moto o en otro tipo de vehículos. Además, se afecta la movilidad de muchas personas, ciudadanos comunes y corrientes, cuyos ingresos no les permiten coger dos o cuatro taxis todos los días y –finalmente-, ¿nos preguntamos si será suficiente la actual oferta pública de transporte colectivo y de taxis?.
El éxito de la medida dependerá de la colaboración, principalmente, de los mototaxistas y motociclistas, en general, y que la población objetivo, los usuarios, hombres mayores de 14 años, también la acojan.
Por su parte, la Policía Nacional tendrá que estar muy atenta para evitar desmanes y excesos por parte de los mototaxistas o de los usuarios. Dura es la ley, pero es la ley…
La decisión del Alcalde es valerosa, y merece el apoyo del Concejo de Valledupar y de la ciudadanía, en general, por cuanto la misma va encaminada a mejorar la seguridad y a buscar soluciones sostenibles y sanas al problema de la movilidad.
Es bueno el plazo de dos meses para evaluar su impacto y adoptar, luego, medidas definitivas para este complejo y polémico problema, siempre con el ánimo de buscar el interés general, así se afecte a un grupo de personas dedicadas a este transporte informal e ilegal. Esperemos, los resultados del primer día de aplicación y luego veremos…