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Modelo compacto o de expansión

Philipp Rode, director ejecutivo del centro de estudios urbanos del London School Economics, afirmó durante la cumbre mundial que se realiza en Bogotá: “Las ciudades deben ser compactas, conectadas y coordinadas”. Esta frase coincide con los anuncios realizados en varias ciudades del país, referentes a planes de expansión; mientras en el mundo se incentivan los modelos de ciudades compactas, en el país se hace todo lo contrario.

El argumento planteado por Rode, va más allá de lo meramente académico, basándose en la evidencia de múltiples estudios de casos que muestran como ciudades europeas, de Estados Unidos y Asia, han caminado en la trayectoria de la expansión para luego reinventarse en la compactación. Yo he insistido que cada territorio debe desarrollarse bajo sus particularidades y evitar copiar modelos urbanos, sin embargo existen datos espaciales, macroeconómicos, sociales, de conectividad, movilidad y ambientales que señalan al modelo compacto como favorable respecto al modelo de expansión. Entonces pregunto: ¿Sí existen tales evidencias por qué nos cuesta tanto planificar el desarrollo urbano bajo un modelo compacto?

En el libro “Desarrollo urbano en Colombia. Una perspectiva histórica”, se evidencia una fuerte tendencia a la insostenibilidad en las ciudades de la costa Caribe, ello es una muestra que el modelo de ciudad expandida si pegó y de que manera. Es un común denominador de nuestras ciudades crecer como mancha de aceite, demandando ampliaciones exponenciales de redes de acueducto, alcantarillado y vías, aumento en los tiempos de desplazamiento, aparición de conurbados, etc. El principal efecto es el deterioro de la calidad de vida de los pobladores; quién iba a pensar que Valledupar sufriera por trancones en horas pico o por la baja presión en la red de agua potable, ni el más pesimista hubiese acertado, pero son las consecuencias de un crecimiento urbano sin chequera disponible para inversión pública.

Más que indagar por los culpables, hay que sentarse a re-pensar la manera cómo estamos planificando nuestras ciudades. En hora buena el DNP a través del programa POT modernos plantea la necesidad que los gobernantes y planificadores urbanos se tomen en serio el ordenamiento territorial, y además reconoce la importancia de empoderar a los municipios para que logren un ordenamiento adecuado del territorio.

De esta manera y muy respetuosamente, los ciudadanos de Valledupar debemos preguntarnos por el anuncio de expansión urbana realizado por el Alcalde, a fin de rodearlo y trabajar mancomunadamente para que este proceso se realice ordenado y con desarrollos urbanísticos de alta calidad.

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Roberto Carlos Núñez Vega: